viernes, 7 de agosto de 2020

Guarda con la...

La indecisión por los caminos a tomar. Desde a los caminos truncos que voy posponiendo por el trabajo hasta la bitácora de libros. La acumulación de los estantes con instrumentos musicales y siguen cayendo libros en secreto. Meto las cosas como una lesbiana que se acuesta en la cama de su pareja en un hostel. A oscuras y que nadie se entere.
Andamos con el rock, los clásicos de Cortázar y sugieren los hombres imaginarios del mundo a volver a Jostein Gaarder. El autor del Mundo de Sofia, libro que lei cuando era adolescente para Filosofía en el final del secundario. La profesora, era cantado, me llamaba todas las semanas para dar lección. Todas las clases tenía que comentar algún capítulo en clase. Adelante de todo el mundo. Los chicos y chicas ya sabían que me iba a llamar. A fin de año, con la materia aprobada, un amigo me llamó para avisarme que la profesora quería que le muestre la carpeta. Pero si ya aprobé, le dije. No sé, venite, me dijo él.
Los libros de rock los leo con asiduidad. Soy de repetir los libros sobre Cerati o Soda Stereo. U2, Stones, Clapton, Spinetta, Aerosmith, etc. Y fui regalando a gente que tienen el mismo grado de fanatismo. Con otros comparto cosas que salen en Spotify. Lei de adolescente la biografía más conocida de Charly García. No digas nada de Sergio Marchi. Encontré la reedición con años posteriores a la primera edición. Hasta 2007 cuando Charly tuvo una recuperación de sus adicciones con Palito Ortega. Para ese año estuve en modo bloque de hielo transportable con carrito de mercadería de la cantidad de antipsicóticos y antidepresivos con una cura de sueño y de pensamientos, como le dicen también voces, a que salte. No veía un norte y vivía una vida autodestructiva. Ahora viene con matices. Vivía a ocho pisos de la superficie. Ahí me pusieron las ventanas con redes de contención. Uno nunca sabe. Tuve un brote psicótico. Las medias bicolores quedaron como parte de una anécdota y nunca supe qué inyección me puso la médica en la guardia del sanatorio Mitre a las 4 de la mañana. Antes que se me pudra el corazón.
Cortázar... Es como empezar de nuevo, aunque con otros anteojos. Con otros dolores de cabeza a los dolores sentimentales llenos de alcohol que me alimentaron alguna vez. Antes eran bombachas, quedaba muy cool ser culto y leer libros para las chicas. Como fumar y escuchar jazz. Después se fue todo al diablo cuando empecé a ver, incluso con terapia, que la mascarita, mascarona salía a las escondidas para ir a discotecas gay. Que inventaba salir con chicas y era humo. O las mariposas que se comía la gata en cinemascope. Como cuando traigo libros a casa. Y Wherter tuvo más agallas, se sabe que se la jugó. En mi caso no hubo República Dominicana para que sea un poco más... suave.
Y el paso del tiempo de aquel adolescente que era raro y que tenía dudas sobre lo que le interesaba, investigaba y se asustaba de lo que salía debajo de su alfombra persa, se volvió en el platónico amigo "Jazmín", acompañante de mujeres. Tanguerías, teatros, recitales, cines, centros culturales, museos...
A veces me agarra el momento Magneto de los X-Men, que prueba si puede mover alguna ficha del tablero de ajedrez, aunque ya casi no pasa. No hay metal. Veo cuando se transfiguran las caras de las chicas cuando ven que... You know. Las familias no quieren ver lo que estaba pasando. Hubo muy buena voluntad de mis hermanos cuando sufrí acoso por la forma de desenvolverme y mis gustos. Escribía cartas con nombres de chicas para pedir que no me jodan más que nunca fueron enviadas, estaban guardadas y mi hermano se enteró. Se armó quilombo con el galán del curso. No creo que haya sido un adelantado ni haya aceptado los motes de la sociedad que le gusta poner rótulos hasta en las góndolas del supermercado.
Una amiga dice que mi cuerpo tiene memoria, como tratando de convencerme a que pruebe el vino ¿Vos creés? ¿Con tan poco? Y si volviera de la frontera, como dijo el peterete XIV la vergüenza sería muy grande. No solo para mí.
Y uno se va poniendo viejo, negri. Hay que aceptarlo, me cuesta todavía el concepto del no binario y mi vintage way of life. Vivo con un atraso de diez años, mínimo. En cuanto a las persecusiones persisten y cada vez voy cuantizando los hechos. Quizás la medicación disipó bastante la situación. A Rafael Bielsa le entiendo menos, quizá con palabras claves o situaciones similares. Hay otros personajes virtuales que me llaman la atención. Como mundos paralelos. Puse el momento del cientista social para separarse y ponerse en contexto. Cosas que antes cuando apareció la señora de la alacena verde no supe medir. Como los dientes de Sergio. Y al mismo tiempo porque tengo otras ocupaciones para creer que hay alguien mirando desde una ventana o que me estaban hablando desde la radio FM La Boca, Cata en Alerta Cotorra pidiendo que me ponga a trabajar si no quiero estudiar o desde Radio Nacional. De un error de percepción salieron muchas cosas a la loozzzz.
Confundo los timbres de voz, sin caer en la ironía.

Ahora las fiestas las transmiten por Zoom y saben disfrutar de la vida.

 That´s the Way (My Love is) Acoustic Version by Smashing Pumpkins

PD: Me debo los libros de Alicia.