viernes, 31 de octubre de 2014

Las palmas de los mozos (Reversiones)

No nos suenan
las manos.
Nos fuimos
en lo lento.
Esperamos
algo que nadie hace,
ya.
Una salida.
Con una pareja
que bailó
entre la multitud.
Sus miradas
entraron con
sus orejas,
sus labios
y se hablaron
sin algo que rimar
(o qué tocar)
Se dijeron cosas.
La canción, no,
dejó de anunciar
su final.
La repitieron.
Y ellos siguieron,
sin música,
hablando hasta tarde.
Levantaron las mesas;
nunca se intercambiaron
los teléfonos.
Les desespera
hoy cruzarse
entre sus sentidos
#Dsus propias Asus4.

jueves, 30 de octubre de 2014

Mil

Mera me en reverso,
doy vueltas
en cada
descenso.
Cuerpos quietos
en la mesa
golpean las teclas.
Algún sonido
sale,
no acogrde.
Bajo,
despacio,
comí.
Busque usted
cuál es su represión,
a veces funciona.
Aunque no le guste,
que se ría.
Un payaso loco
se comió
en los libros
que le regalé a
tu Sam Ti.
El que piensa
demasiado
demasiado
se repite
los jugadores.
En la semana.
Cuente sus
buenos modales.
¿O, como se contiene?
Escapa de tu recta.
Un redondel,
del paralelo,
me trago mi

miércoles, 29 de octubre de 2014

Un mensaje del despecho

Me empecé a cerrar
con algunas ideas
que no comparto.
Las vivo,
pero las cosas
suceden, igual.
Es ponerme
el rótulo
absoluto
que cierra
más puertas.
Se abren otras,
aunque suenen
por verse.
Recorren con
los hormigueos,
un goteo de aceite
que repta por mi frente.
De alguna manera
todo este recorrido
tendrá su banda de sonido.
Sin tanta languidez
que nos corrompe los dedos,
sino en la búsqueda
de supervivencia
sin tanta nostalgia.
Algo nunca pensado
en el ciclo.
Cuando te atraganta
un pedido
sin sentido.
Habrá que respirar,
como se pueda.
Sin tentar al bajo el agua.

lunes, 27 de octubre de 2014

Una siesta más larga

Corre el viento
de la mañana
que seca la humedad
de los bosquejos.
Empieza la semana
con el sudor
de las paredes
nuevas.
Se levantan los libros
tirados sobre las reposeras.
El calor del asfalto
se quiebra con los
rayos UV,
cada vez más violento,
atraviesan la corteza.
El equipo puesto,
no tengo con que
sostener
mis accesorios.
El viaje se imagina
pesado,
con buena compañía.

viernes, 24 de octubre de 2014

Tentado por Díaz (Ni)

Un domingo
dejado por
un feriado
en cola.
Algo está.
Una onomatopeya.
Lo que tienta,
lo dejado en palabras
que no sale en acción.
Corazones rotos
que se implotan
un amor
incausado.
Efectuados límites, 
hasta ahí, puedo.
Lo indie me pidió
algo que no imaginé.
No me quedé en la esquina.
Me fui a las luces,
imaginarios espacios,
que cambiaron
estos tempos.
No compré.
Algo quedó
entre mis piernas.
Pagué esperando
un satélite,
una señal en
un me callé en
decirte que,
en esa esquina 
me escapo
por una morcilla
de lunes a viernes.

jueves, 23 de octubre de 2014

Como fantasías

Esos combates
que se vienen
con la estación
de servicio.
Es necesario
parar un poco,
aunque sepas
que seguís viajando
con las atracciones
del Pandora´s Box
en la madrugada.
Ayer te diste cuenta
cuántas veces
perdiste
y te hiciste el resentido.
Acordate de las orquídeas
que se encallaron
de la thnorrcormetta.
Llevarle la cámara
que te visitó
con tu médico.
Lavarme las manos
de la grasa del coche
en la sesión.
Vender el auto
para mudarse,
quizá ya lo entregó.
Las pastillas olvidadas.
El recetario con las facturas
que compró tu hermano
en la esquina.
Frente al río.
Lo conozco por fotos
y lo divertido del chizito
gomoso.
La evasión.
El programita online.
Jugar al psicólogo
del entregado.
Lo que a otros es fácil
de resolver,
como al pachuli
con el respaldo de
la reposera cortajeada,
a vos se te chanflea
la espalda con
el ventilador
destartalado.
Nadar sin lo planificado.
La crueldad
que se nos dibujó
en la cara
cuando nos enteramos
de algo pintando
con las líneas en la cara.
Toda la eses escondida.
Tom, alguna vez
lo dijo haciendo un vivo,
tomamos un poco,
un poco de más.
Nos fuimos de
las pistas.
Nos agitamos.
Pienso, no lo actúo
en llenar
esos espacios
donde la electricidad
pasó por los suelos
y dejé de caminar
con chancletas
de estrellas que se escapan
de los corsos de
hinchada
a contramano.
El papel picado
se nos cayó
a todos en un eclipse.
Total,
no lloramos,
se nos secaron los del Bolsa,
con los pulmones
todavía llenos de fango
abajo, en el subterráneo.
A veces pienso en Pablo,
el que salía con la lata,
él, que iba
con las bibliotecas,
Ya no pasea su perro.
¿Se habrá puesto el cinturón?
Se puso esos
chupines
a rayas con la mancha
de lavandina.
Las quiso eliminar
con borratintas.
Agendé cada vez
al qué le pasó
cuando le pasó;
sonrió medio inútil.
Se me acabaron los discos,
ahora los que pretenden
se escuchan en festivales
teatrales,
Lucía en el cine,
salió de la librería
y le decía
al protagonista
que esso siempre pasa.
Visité la vidrieras
llenas de espejos
de lo que fue
un centro cultural
a cuadras de mi embate
con fósforos
y cebitas.
Quizá la vea en Montevideo
y Corrientes.
Todavía tengo el dolor
al lado,
aunque no lo sienta.
Dejé secarme
en la culpa.

martes, 21 de octubre de 2014

Paralelismos

Corre bajo la lluvia
con la mascota
tironeando de la correa.
Se le cae el celular
en el empedrado,
se le resbala
como el tiempo verbal.
Lo levanta y
la pantalla está rota.
La caída sin preámbulo
quiebra los botones
y se llena de agua.
Suena el teléfono,
que chorrea
agua sucia.
Un mensaje de texto.
Es una invitación.
No lo puede contestar,
como siempre.
No es casual
que venga de
él un engaño.
Quizá necesite
otro vistazo.

sábado, 18 de octubre de 2014

Él supo (Alguna vez)

Invitarla.
La acompañó.
La parada disimulada.
Hablaron
alrevés.
Que una discusión
sea una
metáfora del filtre.
El tenía todo,
ella se perdía
entre máquinas.
De vivir con una vaca
lechera, al lado.
El Colón y Sandro.
Se hicieron felices.
Hicieron cuatro.
No importaban
los problemas
si podíamos
salir con los nenes.
Stroke.
Ahora,
lo dejado.
Esos dolores
por teléfono.
Alguna vez
te conocí.
Si te maté,
no lo pensé
Lo dije.
No me olvido
del Edward
haciendo menciones
que nadie se lo explica
que lo siga haciendo,
Hoy.
Regalar las flores
en el living,
cuando ella sabía,
que le tocaba
un lugar,
mejor.

jueves, 16 de octubre de 2014

martes, 14 de octubre de 2014

(Zapatón)

Esos recortes.
Los diarios se están configurando.
Un tipo a la vuelta
te saluda.
Esperándote.
Para unos puñetazos.
Había una canción
de Dave Gahan.
Mi inmadurez.
Mi pánico para
no crecer.
Esos fantasmitas
de la espuma venenosa.
Ese silencio.
Mitad.
Entero.
Entro.
Luchar con la depresión.
De un nunca llegado.
Un jamás terminado.
Lo no sentido.

sábado, 11 de octubre de 2014

Alguna Vez se Hizo Azteca

Ella le hacía
juego.
Hizo todo
para que juegue.
Se la jugó.
Él se hizo rogar.
Mucho. Demasiado.
Hace lo que puede, dijo.
Babeó un video.
Se quedó en casa.
No salió.
Cuando salió
se hizo un eclipse.
No lo podía contar.
No quiso.
Lo cantó varias veces.
Virtualmente todos lo ganamos.
Perdimos.
Cantamos canciones de
Roy Orbison.
Comprábamos
a precio alto.
Así los fuegos
nos pagaron los cuentos.
Hicimos que nos divertíamos.
Tarde se dio cuenta
que la salidas
son como las suyas.
No nos importaron
dineros sobre
las giras,
las mesas
y esos pantalones apretados.
Cuando no estuvimos.
Nos pusimos las gafas.
Somos como momias, dijeron.
Esperamos un mensaje.
Que buscó reconciliarnos.
En una foto
para un pasaporte
en México.
(De eso no se olvida)

Pinta tu aldea (Húmeda)

Lo que hacen
Chicas buenas / Chicas malas
o alrevés.
Ver fragmentos
que se hacen
carne
tiempo después.
Cuando un amigo
te pide consejos
y no hay teoría
conspirativa.
No sabés
esa frontera.
Todos creen
que sí.
Pero todos
nos llenamos
de palabras profanas
de una cicatriz
que nos dejó.
Con el ruido
de la Pampa.

viernes, 10 de octubre de 2014

Tremolo (Pourquoi)

Llegué hasta acá.
Hice la cola.
Nos cruzamos.
Divididos a pleno.
Nos comimos algo.
Hablamos un toque.
Te ibas a Perú.
Tocó Beck.
Not Jeff.
Ningún perro.
Lo hacía mañana.
Y te ibas esa misma noche.
Empezaron ellos.
Hacía calor.
Nos quedamos tiesos.
Cuando nos cruzamos.
Entre la muchedumbre,
Creo que nos vimos.
Nose.
Te fuiste de viaje.
Me reclamaste, después.
Masajes de la altura.
Tantos nervios juntos.
Acabados con ese timbre.
Esa voz.
Esa tapa de My Bloody.
Ese minidisk que sonó de la Panasonic.
Y una radio sola sin pedir seguía.
                                           En el medio.
Unas tetas que nunca había visto
sin hacerme en vivo.
No había lugar pero
lo tenías.
Obras de Jorge.
Inmutable.

jueves, 9 de octubre de 2014

Cruzado o Quedado

Reconocer la batería,
esas melodías del demo.
La guitarra sin efectos
dando los sentimientos
pulsados por los dedos.
No hay tomas,
no hay bucles.
Se prepara la habitación,
se quitan las humedades
que brotan de los pisos,
se sacan los libros llenos
del ollín del volcán.
Prender las luces,
de donde deben salir.
Una regla para las consonantes,
un dedos para las asonantes,
una respiración por cada
espacio que se deja
en blanco para continuar.
Los muñones escribían
todo de corrido,
con la solemnidad
que no cambió.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Enfrente

Son meras casualidades o búsqueda de ellas para quien está en una situación cuando cruza la calle.
Suena la chicharra para los ciegos, se iluminan los semáforos. Cruzaste.
Alguien se olvidó sus cosas. No las recupera. Ninguna caja. O una entrada. Quizá una historia contada con varios litros encima de cerveza. Sin olvido ni perdón divino. Ahora se dedica a otra cosa. Como un desempleado que conocía hasta el último detalle de su trabajo. ¿Nunca te pasò una reunión de nostalgias por lo que pasó y lo que no sucedió? Comprarte esas zapatillas que ya nadie usa. Nada distinto. Es un vintage o no preservar el gusto en un lapso de tiempo más amplio. Las poesías se hicieron añicos con un delete completamente temeroso. Como perder de vista las fotos de tu infancia. Los olores de tu madre o los perfumes baratos de tu abuela. El jabón no te deja proseguir. Un aviso. Dos avisos. Buscate un trabajo porque ya nadie te banca.

lunes, 6 de octubre de 2014

Callate, Ombligo

Hablé fuerte. Me lo dijo Ignacio cuando se despertó. También me lo dijeron otros, para que no levante la perdiz. Les hablé dormido. A veces se ponían a grabarme y me pasaban las voces en rewind.
El tema es cuando estoy en soledad también debo hablar como los altos. Las persianas vecinas a la noche se bajaron siempre con estruendo.  Otra vez, algunos vecinos tuvieron sexo desenfrenado con los ruidos de los latigazos contra el colchón. Orgasmos de cancha.  Querían que terminase con mi mi soliloquio. Encendí la luz y me callé. Habrá quedado con eco eco la habitación.

viernes, 3 de octubre de 2014

A veces no sale a tu manera

Sonó el teléfono. Vivías cerca de casa y viniste caminando. Estábamos a pocas cuadras. Fui a un par de reuniones para los talleres de la radio y el Gordo buena onda que nos hizo esos espumantes tragos en el patio de tu casa. Esa risa no me la olvido. Nunca supe de dónde venía ese sabor. Salió de cuento.
Sonó el timbre y bajé. Nos dimos un beso. Como todo estudiante de Comunicación Social, de cartón. Llevabas el morral con los apuntes todos machacados con el trajín de haberlos remado. Subimos por el ascensor a las risas. Siempre las risas y esos dientes que se te salían de las encías. Mentira. Siempre exageré. Me contaste de llevabas a tu hermanita que iba a gimnasia abajo de la autopista. Llegamos al departamento.
Nos pusimos a boludear con lo que pasaba. Con Alejandro que se pasó a Martini, de tu miedo al naranja cumbianchero que te sacó llorando de la facultad, el sudor a contrarreloj por el documental, y mucho más que de vos sin poder dormir. No sabía qué decir. Siempre me quedé en silencio como un analista que espera un salto del diván. Puse el Winamp. Me diste el dvd de Catupecu. Me lo guardé para verlo.
No teníamos ganas de estudiar. Se notaba. Puse un tema de U2 y me puse a cantar como un gil. Una ópera nos dejó con la piel llena de escamas para una canción de Juan Luis Guerra. No teníamos ganas de estudiar.Te pusiste a revisar los dvd truchos que tenía. Agarraste ese de la vida de Howard Stern. Private Parts.
¿Pedimos una pizza? te pregunté y me dijiste que sí. Tenía el imán de "Pizza Bum!" en la heladera. Mientras mirábamos la peli en penumbras íbamos comentando boludeces de los apuntes. Te hiciste amiga de Flavia, mi amiga colorada de la eterna campera verde, sin que yo te la recomendase. Hicieron buenas migas en la fotocopiadora. Llegó la pizza.
Comimos mientras Howard jugaba y hacía gárgaras de leche frente al micrófono. Nos reímos muchos con los carozos chupados en la caja de la pizza después de comer. Una escenografía muerta.  Alguna chica se puso en pelotas en el estudio. Risas, estupor, tensiones. Se cagaron a palos en la pantalla. Los dos estábamos sobre una cama improvisada en una alfombra de frazadas. Se acabó la película.
A esta hora nadie quería leer. Estaba todo oscuro y sólo nos iluminaba el televisor de 29 pulgadas. Nada fálico. Era de oferta. Nos quedamos charlando hasta tarde. No te quedaste a dormir porque tu vieja se preocupaba  Me conocía de haber visitado la casa de tus viejos pero soy un hombre. Soy inofensivo, te dije. Eran las dos de la mañana. Bajé y te acompañé hasta la parada del 127 que te dejaba a dos cuadras de tu casa. De la plaza Martín Fierro. Nos abrazamos y subiste. Me mandaste un mensaje de texto cuando llegaste.
Al día siguiente, los dos nos despertamos con una cagadera que no había Gatorade que nos saque de una noche en la que nunca me salió eso. Una frase que alguna vez me dijiste, Luz. La pizza nos hizo efecto.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Cada vez que escucho

Volaba
con los discos
que calmaban
mi angustia.
El chofer tenía
estampitas
en el techo del taxi.
Esos que te rompen
el silencio,
de la noche sonrosada.
De alguna manera
los anhelos
se abrieron,
pude dar algunos pasos.
No entendí
muy bien
porque me costaba.
Tampoco lo supe
después.
Los equívocos
más presentes.
Los números de la mañana.
No estoy
tan justificado
ni los interlineados
que me separan.
Cuando escribí
traté de acordarme
con menos pausas.
Hay agujeros
que antes no hacía.
Algunas cartas
marcadas
se quedaron
fuera del mazo.
Lo sé.
Y son las espadas
que la predisgitadora
está pensando ahora.
Me corre el sudor
por la frente.
Las balas rezumban
como mosquitos
por las ovejas.
Los focos
se disipan con velas.
Un láser marcado
sin humo.
Da vueltas.
Gira lentamente
un redoble,
una vista.
Una pierna como un ojo
hormigûenza.
Una pista
que salió
sin cuantizar.