jueves, 19 de diciembre de 2019

Relato de un tibio IV (No tenía cara de mayonesa mix)

Hola, soy Naza. Bah, no sé si soy hoy Naza o me volví Roxana. Se me aflautó la vozzz. Estuve haciendo unas lecturas de recuerdos en las redes sociales y relaciones que hice con algunos perfiles en su momento. Y no coincidían. Se me enfrió la QQZA. Me perseguí otra vez. Pensaba que me hablaban a mí. Construí las frases como los mensajes que leía John Nash. ¿Sabías que a Johnny le gustaba los tipos? Antes que se le manifestara el coso... el coso este. En la peli no te lo cuentan ¡Malditos heteronormativos corporativos cinematográficos!
Se me quedó congelado el cerebro con las elucubraciones nocturnas y las pastas tipo plutonio que tomo, porque cuando no bebo Nasssta Soooooper le doy al Bardaaaaahhhl, Porque cuando se apaga la looooozzz, se encienden los nombres de países, como ustedes lectores. Esto es casi como una epifanía o lo vi en una obra de Rafael Spregelburd.
Ucrania, Irlanda, Francia, Alemania, Grecian 2000... ¡Como la tintooooraaaaa!
A veces me llegan visitas con links de páginas porno o me llueven visitas de Países Bajos. Fue un fin de semana de locura. Y le ponía máaaah fuego al asado. Quedé todo arrebatado. Me bombardearon de forma aleatoria y ahí con el teque, teque, teque, y por momentos se me tilda el coso, teque, teque, teque, ¿Visssstessssss? A veces estuve hasta las 3 de la mañana charlando con la almohada con el teque, teque, teque.
Peeeeeero bueh, como decían en una obra: “leé un libro y deja de meterte en la vida de los demás” Y parte de eso empecé a hacerlo. No ssssssaaaaaaay un gran laaaaaactor pero trato de masticar algunas palabras en el momento libre. Y escucho mucha mooóoooosiiiica. Como hacen en el rincón del vago.
Y es como una radio para mí. Y necesito renovar los contenidos. No siempre con el mismo taaaaaaango. Quizá lea de nuevo a Pinter. La última vez que leí estaba en la obra "La fiesta de cumpleaños" y le ponía voces de gente que conocía a los personajes. Como que tomaban esas personalidades. Bah, eso imaginaba. Como los amigos invisibles que tienen los niños. Qué se le va a hacer. Me lo guardé mucho al cuete, negri.
Bueno, que tengan unas lindas fiestas, voy a brindar con Ricardo, que se me puso esquivo, después de las 12 y no se olviden que…..Yo soy la hija de la lágrima.

Wonderwall by Oasis

PD:
A la soledad hay que ponerle mucho disimulo.

lunes, 16 de diciembre de 2019

Relato de un tibio III (Te dejo dos envases mix)

Hola, soy Naza otra vez. Esta vez aparezco como parte de la saga de las nubes rosas. Y algunas cosas ya las fui contando en otros episodios. Le digo episodios porque también viene con algún brote colorín, colorado, este pibe se ha ido al pasto. Ya tantas veces morí, nunca me pude ir. Puede ser una reencarnación de un clima.
El tema es que siempre me olvido de las cosas, cuando se me cuela la idea que alguien que tenía problemas de drogas pudo haber coincidido en las viejas pastillas que yo consumía y pensaba que yo tenía sus problemitas. Y no. El chico tenía un bardo con muchas aspiraciones. Bah, trato de no meterme en esos bretes. Para eso tengo brotes. Porque se me cuelan las fascinaciones por la experimentación. Drogas... ¿Para qué?
Me acuerdo de chico haber probado pastillas de mi vieja. Eran Alplax o algo así. Y casi me desmayo en la calle. Ahora casi que dependo de ellas. El modo Elvis. No sé muy bien porqué sucedió pero sí me acuerdo que fue en un periodo en caída libre en una situación complicada en el trabajo, en la escuela de teatro de la época y la terapia que llevaba. Los ataques de pánico y una fuerte paranoia canábica. Era un remolino de cosas que fui viviendo y cómo no sabía hacia dónde iba mi destino cuando salí del clóset (sin forzar, aunque fue bastante categórica mi terapeuta) en algún momento creé un mundo donde habían elementos energéticos como en las películas de Star Wars mezclado con algo mesiánico con la gente que me cruzaba en la calle. Y el beso de la mujer araña de Manuel Puig. Todo esto regado con alcohol. Era una combinación mortal. Incluso casi no comía y vivía una ficción. Para un afuera era una cosa y puertas adentro, otra. Como ahora. Hubo un fin de semana que quise curar todas esas heridas eliminando mi ingesta de cerveza. Y fue casi como un delirium tremens.
De vez en cuando me quedo mirando cuando titilan las luces de la oficina, como un mensaje del más allá. Por eso Ricardo me codea cuando lo hago y me dice: "Sos el fundamentalista de la pelotudez".
Casualidades.

Mornings Eleven by The Magic Numbers

PD: "No solo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde el comienzo; algunos siguen hasta hoy. ¡Gracias... Totales!"

viernes, 6 de diciembre de 2019

Relato de un tibio II (Andamos con los viejos formularios mix)

Hola, soy Naza otra vez. Estuve leyendo comentarios que creen que me llamo azzzzí por un editor y autor de libros. Naaaaada que vaaaeeeerrr. En serio. Es por el mote que me puso una profesora cuando participaba de los actos escolares. Bueno, ahora vamos a lo que vinimos.
No puedo decir mucho sobre mis anécdotas en las discos gay que iba cuando todavía no me conocían azzzí, ¿Viste, negri? Nadie se lo preguntaba. Pero iba a las escondidas, supuestamente me iba con mis amigos que siempre se iban de putas. Y me quedaba entre las gradas mirando solo a la gente saltando en la fiesta de la espuma. Con el vaso de birra caliente y un pucho en la otra mano con la mirada perdida del pedo que tenía entre las luces estroboscópicas. Los andróginos me ponían pintalabios con sabor a frutillas. Todo esto antes de Cromañaaaaaannn. Después me compraba facturas de Las Medialunas del Abuelo que estaba en Primera Junta con los primeros soles del invierno y el bajón de escabio. Me acuerdo sí que una vez me peleé con un chongo porque todavía no tenía teléfono celular. El chico creía que le estaba mintiendo porque le ofrecía mi e-mail como contacto. Tan tecnológico no era.
El otro día me lo preguntaba Ricardo: ¿Estás seguro que sos...? Y es lo que me sale de adentro, visssssteeeeeesssss. Como dice Huguito Araña: Soy. El Bicho me dijo el otro día que me pongo como una arpía cuando estoy enojado. No me gusta taaaanto ponerme el femenino. ¿Enojada? ¿Enojado? No sé. Demasiados binarismos. Tempeque quere escreber encleseve perque ne se entende. Bah, me confunde, con E.
A lo que venía, por mis enojos, trato de no calentarme, porque no hay seseo que me contenga. Estas cosas que siento me dan dolores de espalda. Y me parpadea el ojo izquierdo. Algunas veces me doy cuenta cuando me buscan para verduguearme. Desde 1990 que me forrean. En algún momento tenía que ceder. No me desespera aún ante mi ceguera.
Bueno, pasaba por acá.
Y recuerden, como diría Pablito Ruiz... Soy Naza por la profe.

PD: Y no... noooo se quejen. Porque los deseos se alejan cada vez más.