miércoles, 30 de enero de 2019

La razón

Su cabeza empezó a tener autonomía. Tenía sueños extraños donde aparecían entremezclados personajes andróginos y cantantes.  Y canciones fragmentadas que él iba editando con su cabeza con cierta conciencia de lo que hacía. Ahí podía controlarlas y ecualizarlas. Se despertaba y buscaba el significado de esas pinceladas del inconsciente que se le presentaban en un imaginario palpable a su almohada humedecida. Se empezó a dar cuenta que habían malos augurios para el futuro. Que habrían grandes pérdidas en su vida como en una lectura de la borra de café.
Empezó a desconfiar cuando se enteró que todo lo que creía que le parecía original no le correspondía más y se volvieron ajenas, que estaban autografiadas por otros. Cada equívoco en sus acciones lo volvían tartamudo y arrastraba las palabras para que no salgan esas expresiones indeseadas. Más para él que para su entorno. Lo que le causaba más gracia a los demás eran esos movimientos espasmódicos y exagerados que hacía sin poder meditarlos. Se dio cuenta que su cuerpo ya no le pertenecía fuera de las horas de sueño. Se acartonaron sus modales. Y escapó a todos los compromisos que se presentaban de forma espontánea. Necesitaba ensayarlas sin que le sudaran las manos. El miedo lo abrazaba como un koala en su espalda.
¿Qué estará por perder esta vez? Algo lo está esperando a la vuelta de la esquina.

My Sweet Lord by George Harrison

viernes, 18 de enero de 2019

Searching by INXS

"Nadie tiene exclusividad en el sufrimiento".

Con los años que pasaron desde 2011 empecé a darme cuenta quien soy. Gay fue la primera premisa. Conservador en segunda instancia.
En tercera instancia...

¿Aprendí?

Nos falta mucho para que mis manos toquen los pies estirados. Simple.

PD: "Practicar no te hace perfecto"

martes, 15 de enero de 2019

Bacardí (El resplandor)

Por cuestiones económicas estoy tomando vacaciones en Buenos Aires. No es que no me alcance, sabiendo que fumo cigarrillos que son muy caros para el costo de vida del argentino medio. Quizá esté proyectando algo, aún sin definir. Las últimos viajes sin compañía fueron muy caóticos. Primero en Las Grutas con todos los robos y los violines en el aire. Después en Mar del Plata vivía en el hotel bebiendo y conectado a Internet. Caminaba mucho pero es una ciudad que me trae cierta melancolía por lo que no se vuelve atrás. "Me dolían los pieses". Como un ejercicio de memoria emotiva.
Me pasa cuando voy a los espacios teatrales. Los sueños recurrentes. No quiero hablar de la escuelita porque sino se les sube la espuma de la cerveza a la cabeza como la rabia y es algo que ya pasó. Vuelvo de nuevo al tango como un perro arrepentido. Son los mismos que te violaron el cerebro pero después te dicen en un video testimonial: "Mirá cómo me pongo". Alguien abusó del poder académico en su escuela y nadie se detuvo a decir. "Che, creo que se están zarpando". Se cagaban de risa por detrás. Te sacaban la ropa para los ensayos y para la muestra te vestían. Me tenían de punto. "Algo veo". Lo piojoso que no pudieron sacar. Hasta un psicólogo testigo del maltrato se dio cuenta. Que la herida narcisista era muy grande. La cicatriz. "Está chica se va a recibir de harpía".  Ellos saben la responsabilidad que tiene un profesor de teatro con la psiquis de sus alumnos. Te pueden arruinar la vida. Sé que el problema fue más personal que viniendo de la escuela en sí, y sin embargo,  siempre la recomiendo. Como un síndrome de Estocolmo. Me acomodaron mucho la biblioteca.  Para que no se sientan más culpables: igual sé que vivía en pedo y caía hecho un desastre a las clases. Y de buenito no tengo nada. Todos los día me ponía de cervezas. El sodero toca siempre a las 9. Con el paso del tiempo y antes de conocerlos aprendí que la historia la escriben los ganadores. Y pueblan aulas como la cultura de lo dominante, no como lo emergente en las parábolas de Raymond Williams. La fábrica de Boedo. E incluso en tiempos del macrismo. In it for the Money. Como yo.
Ahora a los 40 trato de seguir adelante. No puedo quedarme en el lugar de que fui víctima de todo alguna vez. También soy mi tirano-saurio en mis propios sueños. Y el progresismo no está en mis vigilias. Los estoy mirando. Mi parte conservadora está encontrando otros lugares de mis subtextos. Mi conciencia de machista. Y sin caer en el lugar relamido. Las preocupaciones son otras.
En estas vacaciones armé mi habitación como si fuese un pequeño trailer. Donde están mis comodidades y mis pasiones. Tengo muchos libros y cuadernos sin usar. Otras nuevas manías. Mis películas. Los teclados, pedales de efectos, el bajo, mis cajas de ritmos, la consola. Mis guitarras. Las estoy probando. Cuando me reencuentro con mi guitarra acústica de cuerdas de acero me recuerda a mis momentos de mayor inestabilidad emocional. Las psicotización de las cosas. La afino y al ratito la tercera cuerda, Sol, se va de tono. No tengo el oído absoluto. Necesita calibrarse con un luthier. Está muy abandonada.

¿Habré aprendido a perder?

Toma la Ruta de Soda Stereo

PD: "Cuidado, Sandro que podés perder la cabeza"

miércoles, 2 de enero de 2019

la siesta de papá

y fue en la terapia
que nos estaban
sacando todos
los privilegios
la videomanía,
ternuras,
fragmentos
de los viajes
inolvidables
de despertarse
en la ruta,
tus fotografías

la sonrisa se desvaneció
en la cocina pintada de rojo
en un segundo,
la mesa
puesta,
esperando
el compartir un momento.

empezaste a caerte,
te agarraste
de las alacenas, de algo
un martillazo te dejó
afuera
la cobija roja
de mamá con la duda
te acostó,
y se preocupó

una charla
poco probable
sucedía y confiamos
aunque
todo cambió

la operación
del conductor,
el juego con los cambios
con tus pies
la cabeza vendada
que arrancabas
para rascarte
las cicatrices
y la retina entre los coágulos,

hay silencios
los de...
caminatas en el hombro
de tu mujer,
aprender a escribir
tenías 48 centros
los rosarios en la mesa,
con la tía enamorada
en lo que podía

saber que no
volvés
con el quiosco
en el bolsillo

Si las palabras
tuviesen relieves
este poema
se colma
en solamente
buscarle un título