viernes, 30 de diciembre de 2016

No by Shakira.

Esta semana vi a mi papá y a mi mejor amigo. Uno en el subte y al otro en el colectivo. Los gestos eran parecidos pero me sentí por un momento Drácula. Todo lo que no les dijimos. Un temblor de piernas más que simuladas.
Hubo una obra de Timbre 4 que me habló de los que nos moríamos en los gestos. De Melisa Hermida. Me pasa. No soy el único, mi hermana me habló de cosas que le suceden con  lo que encuentra por la calle. Me pregunto por qué tomo los ansiolíticos si es tan normal. Extranarlos entre las calles.
Quizá construya desde un imaginario sobre un destino. Vivo en una casa que no usan el aire acondicionado. Miro islas que nunca visité. Así, navegando. No las quiero volver a hablar en terapia.
Todo lo que no hablamos después de un NO. Simple. Como familia.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Loving the alien by David Bowie

Estoy conectando. Estoy rearmando en mi cabeza quien fui viendo en perspectiva. Vivo en un país de mosaicos y necesito reinventarme. Lo que sucedió en este blog y cosas que hice en el pasado.
Leí cosas maravillosas este año pese a que no puedo sostener un discurso progresista. No significa que dejé el progresismo por un ready made. Las formas que leo supieron reinventarse. Para mí viajar a Estados Unidos es un pecado. Criticar desde un lugar ajeno me volvió más vulnerable. Mis consumos culturales se redujeron a un ombligo intolerante. Mis amigos saben como continuar porque tuvieron un plan. Yo también lo tuve, nada más que no supe disfrutarlo.
Para el mundo externo me va muy bien. Supe separarme de los tangos pero cada vez son más personales. Exponerme. Antes hacía todo en secreto como un ritual. Hoy me veo y me siento más querido por los otros bailando en una fiesta.
Sostenerse desde donde podemos estar tranquilos, Rodrigo. Tea time cada vez que escuches a los mexicanos. Abrazados.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Dustin Hoffman II

Veo en las calles y abogo sobre todo lo que pude ser. Mariano habló.


jueves, 22 de diciembre de 2016

Busco sin querer encontrarte y aparecés igual.

Pasó el tiempo como una frase trillada cada vez que pienso sobre mis recuerdos. Traté y trato de comprender un tiempo plagado de errores personales a la hora de encarar vínculos con el mundo. No es fácil porque pasaron hechos en mi vida que me han marcado de alguna manera y me cuesta volver a sentirme bien. Digamos un poco más normal. La procesión va por dentro. Una persecución interna, cada vez más mía. Un mal predictivo a la hora de expresar.
No puedo vivir en sumas de placer porque mi vida se volvería efímera. Me moriría y cada vez que trato de llevarlo a cabo me asusto con mis propios demonios. Tengo los sentimientos apagados y fuerzo las emociones. No me parece algo leal para nadie. Quizá el pensamiento en soledad encerrado en mi casa me dejó en un torrente neurótico de nunca empezar. Un duelo que quizá no supe manejar.
Algunas actividades me están acompañando más que las personas. No quiero chocarme las copas con cada una de mis manos. Algo pasó en el medio.
Lo otro que perdí como atención en un terreno virgen.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Como una necesidad

Antes nos confomábamos con el ventilador. Ahora tenemos aire acondicionado. Me quedé en la primera opción. Aunque me de dolores de cuello. No me alcanza.
Siento las diferencias por pensar distinto en un universo que comparto. Los premios se los llevan los que conforman una locura oculta. Veo las patologías que me acompañarán. No la puedo resolver y de alguna manera la convivo en mis ficciones.
Escribo muy compacto en estos últimos tiempos. Será lo que me encuentro. Cuando la ficción dejó de ser.
PD: Puedo llamarme distinto en la llamada.

viernes, 16 de diciembre de 2016

On Fire by Phoenix

Cuando estaba enamorado escribía sobre esos chats. Alguna vez alguien movió los estadios. Ingenuo para otros pero llegó a ser un metejón para mi historia.
Volví a las conversaciones. Dejé de ser paqui. Un término pasado. Pero lo transito. Uno que otro me pide contactos por Facebook. Trabajo con redes. Y acepto.
Todo lo que era está editado, mutilado para lo exterior. Nadie sabe mi vida tangible. Quien sí y quien no. Eso lo pone cada uno en los contratos de privacidad con la red social que es afín.
Supo que trabajo y no estudio ahora.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Todo lo que no llegamos a casa.

Borraría toda la memoria de mi computadora. Tenía una japonesa que no hacía las tildes y se quedó sin batería. Tendría todo lo que escribía cuando vivía en Boedo. Incluso cuando estuve en rehabilitación. Mentira.
Usé las plantillas de blogger para escribir. Una desnudez que leo hoy. Posiciones ideológicas que no puedo sostener. Camuflo en terapia pero mi escritura me delató. Incluso novias.
Alguna vez pensé que era el actor de una obra que no sabía que era lindo. La belleza es subjetiva. Y los encontré en calles como en las cabinas. Con mis viejos vinagres. Algunos quisieron profundizarnos y nos fuimos como un taxi.
La melancolía son esos transportes que no supimos llevar. Como una Sofía de nuestra imaginación. En los cuadernos.

jueves, 8 de diciembre de 2016

The Robots by Kraftwerk.

Cuando ves en el otro que le pasa lo mismo que a vos. Mentime un poco que puede llegarme a gustar. Y no. Querías un hijo y cuando llegaba ese momento no te gustó. Pocos intentos. Conozco familias que congeniaron casi después del secundario.
No intenté. Si fuese por eso sería una Susanita de Quino. Solo deseos para algo que no viene. Más. Cuando la pornografía es el primer recurso. Algunos piensan que es solo del hombre.
No tengo todo regalado. Hay que leer manuales para los nuevos aparatos. Trabajos.

martes, 6 de diciembre de 2016

Dolores acostumbrados

No pensaba
que era un
Depeche,
tampoco rockero.
Él supo
decírmelo
sin llorar
y nos quedamos,
sin marcarlo
en el lapso
de un latido.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Fin de la lluvia de papas.

Mi cuñada tiene técnicas. Las sabe manejar mejor que cualquier ogro. Madres y suegras que me las fumo. Si por el corte de pelo o a que los niños tienen que hacer las cosas antes de fin de año. Maneja a tres, con el marido excluyente, como también se cortó el pelo. Se arregla, siempre.
Supo y sabe conquistar todos los días a mi hermano cada vez que suena el despertador, ¿Dónde está el límite que los chicos son míos? Una alquimia que nadie sabe. Encontraron las hormas del zapato. Incomoda el número pero se sostienen. Tenés ese aliento sin coger.
Hoy me pagó la entrada y disfruté una MILF haciendo las coreografías en el acto de fin de año. Un deseo. Pagá la entrada si querés disfrutar. Los sobrinos son excusa. El número de los niños lo disfrutamos otros. Los ajenos.
Me quedé con las ganas. Como toda fiesta cuando te ponés las cosas del niño.

viernes, 2 de diciembre de 2016

De mi arquitecto.

Le presté la guitarra a mi sobrino. La española de media caja. Está por hacer su primera muestra de música y tengo una conexión muy especial con él. Me supo contar sobre las melodías sin saber de lo que escuchaba.
Hace unos años en vacaciones, me puse a jugar con un pianito de plástico de mis sobrinos con algunas melodías y me puse a jugar a su lado. Toqué la canción y Benjamin me dijo:
- Está diciendo una mala palabra.
Toqué de vuelta la melodía.
- Dice pelotu...
En el momento le dije a mi hermano que este chico tiene oído. Mi sobrino no le gusta tocar, es medio vago. Desechó varias veces las actividades. Danzas irlandesas y hockey. Volvió por la música para deseperezarse.
Hoy, en el cumpleaños de mi hermano, con la guitarra que le presté se puso a practicar. Se puso a tocar Rezo por vos de Charly García y Luis Albeto Spinetta. La situación familiar siempre es incómoda. Espero que sea un atísbo de lo que puede llegar a ser. Con esos deditos nerviosos en un futuro. Tocar, disfrutarlo sin la obligación.
La canción que supo sacar sin saber qué es un instrumento hace muchos años se llama Crimen.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Seguir mi voz crítica.

Hoy es un problema. Me puse muchas reglas para escribir. Incluso para tocar. Cuando puse los audios en directo me salieron horribles. Un sonido que no sale. Hay una palabra que se traduce mal. Lo toqué sin grabar y salió de otra manera. Presioné de un modo y se me cayeron todas las ilusiones. Las prácticas.
Un teclado lleno de sonidos se volvió un ruido. Una guitarra que zapallea en joda se volvión puchero. Volátil como su aroma. Las mezclas que no se escuchan. La soledad de la noche que no lo resuelve. Cada vez que tocás hay una fibra que no coincide con tu oído. Tocás y repetís. Corregís. Tocás y se resuelve. Deja de ser natural.
Me estoy volviendo loco porque lo que salía en un toque ahora demanda más tiempo. Hay cosas que dejaron de ser normales. Una combinación de palabras o sonidos tienen otras reglas que llevabas como parte de la naturaleza. Ahora se ensayan.
La pasión quedó fuera de plano. Ideas de normal se fueron en el pentagrama. Películas que ibas a ver se quedaron en una caja. Instrumentos que tocabas se llenaron de polvo y desafinaron. Lo que cantabas dejó de ser posible. Todas esas herramientas que dejaste de lado por cierta atención. Los autores no te siguen más.
Antes una borrachera eran por solo instantes. Hoy es por un tiempo de las llagas en un descanso de las escaleras. Lo divertido se me volvió serio sin verle algo improvisado. Para quedar bien en lo riguroso.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Mi tartamudeo del lenguaje.

Parece que me habla pero no. Me obsesioné con un perfil de Twitter que deja frases incompletas plagadas de entimemas. El problema de los tres puntos. Algunos cambios tuvo con el paso del tiempo pero hay frases que me quedaron en mi imaginación. Se me hicieron carne. Patente sin decirlo. Se volvió un coral de metáforas infinitas.
A veces por exceso de significantes se me plagó la cabeza de ideas y cuando quise llevarlas al papel me quedé sin energías para escribir lo que me pasa cada vez que leo. Me dejó recalculando por horas como cuando repetís una canción todos los días de la semana. Una y otra vez pero con sentidos diferentes cada vez que la escuchás. Un chico de bigotes que se te cruzó por la calle.
En algún momento lo sufrí porque empecé a aislarme por las invasiones a mi cabeza, Pude estar horas en silencio sin poder dormir rumiando ideas. Se me cruzaban los hemisferios de frases y hechos desde un dicho a fonemas sueltos sin interlocutor. Me sënsibilicé y llegué a tener alucinaciones. Por las noches veía estrellas fugaces de manera continua. Mi familia no entendía lo que me pasaba cuando me sentaba solo en el jardín de noche. Cambiaban los tonos de mi voz. Me subieron las dosis de la medicación hasta pasar a otra que atenuara lo superlógico.
Ecualizadores de emociones. Ritos extraños que me acompañaban, olores repentinos, frente a la computadora o siguiendo desde el celular. Leí Rayuela en el medio del caos. Incluso en vacaciones en lugares lejanos aparecían referencias similares. No había leído a Auster en ese tiempo. Actos de la casualidad. Muchos soliloquios.
Pasó el tiempo y desaparecieron los entredichos mentales. Aparecieron otras voces en otros perfiles de Internet, en comentarios del Facebook. Algunos ponen números."Todo esta hablándome". Leía diarios personales propios en frases de otros sin ellos en persona. Paranoias. Silenciaba los televisores. Un ombligo muy grande.
Así también cambió mi manera de escribir y de ver las cosas. Leí cuentos míos viejos  y los encontré edulcorados de palabras con muchas adjetivaciones y oraciones largas sin sentido. Una profesora y amiga supo corregirme esos errores. Era muy barRockón.
Ahora mis textos empezaron a carecer de sentimientos. Nunca vas a encontrar amor en esta película porno. Muy críptico para algunos. Sin buscar esa condescendencia fácil de sacar. Empecé a buscar otras formas de expresión. La música siempre me acompañó con estos cambios. Llegué a dejar de escuchar lo que más me gustaba para caerle bien a las personas.
Perdí muchos amigos en la batalla del lenguaje y argumentaciones. Yo los borré desde que se murió mi papá. Me arrepiento, no puedo hacer mucho ahora. Empecé a ver otras razones para dejar de ser amigo de. Nadie me retiene porque yo tampoco lo hago. Aunque me mate con la nostalgia. La guillotina sin revolución. Seré el virus de un país.
Esos perfiles continúan pero dejé de darles la relevancia que les daba. Pueden ser las pastis o el desgaste. Hay causas que me sacaron la euforia. El trabajo me condenó a ser fluido y poco concreto. La felicidad se convirtió una linda palabra. Eso. Como las vacaciones. Habrá que pensarlas para llenarlas con algo. Por ahora son andamiajes sin proyectos. Como mis vínculos. 
Sigo buscando algunos gesto por las calles. Y los encuentro multiplicados. Lo que no viví en los rostros. Recuerdos. Necesitaba gritarlo antes que me tires un chancletazo. Si callo es porque me enteré que yo soy tu enemigo.

martes, 22 de noviembre de 2016

El pitido desde el pulmón cuando soplo un espantasuegras.

Empecé a leer un texto sobre los bloqueos creativos. Es de Julia Cameron. Bastante conocido para algunos. Estoy probando algunas cosas que en algún momento me funcionaron como metodología de trabajo. La recontra verdad me dejó a la intemperie de una noche con Luis Mayluz, el chongón de la semana.
Por otro lado, una chica que está en la escritura hace tiempo me pasaron algunos tips que antes usé y por algunos miedos que empezaron a aparecer. Críticas mal recibidas y con tono amenazante, por lo que dejé de usarlas. Ella me pasó el caso de Pierre Menard. Me quedé perplejo porque hay un montón de influencias que dejé de lado por las formas.
Hay algunos caminos que tomé en un principio que hablaron de un entorno en el que me movía y supe enmascararlos en los primeros textos. Hoy los estoy descubriendo. Un dato no menor. 
Un adolescente que nunca fue a una fiesta de 15.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Rasgos en un globo que adolece convivencias con E.

La casualidad me llevó a otro lugar. Como cuando te quedás dormido en un lugar y aparecés en otro. Revisás sus órdenes en los bolsillos y hacés dedo para llegar a tu casa. Un barco que zarpó sin vos.
Una semana vacía de lecturas por el giro de los acontecimientos. Me encontré con caprichos inmediatos. Gritos reproducidos por WhatsApp en el subterráneo de Buenos Aires. Hojeé un libro de los que ya los fueron. Marcado a tres cuartos del final. Encontré otros denominadores de mi locura como parte del karma. Cada vez que toco un arpegio desde la guitarra que se desafina en el nylon. Otros comparten errores como logros. La zanahoria que me rallé frente al mar. Eso figurativo que se certifica entre tantos prejuicios que en silencio dibuja pliegues en la frente. Agallas perdidas e irrecuperables en permitirme un margen de error. Sobredimensioné entidades. Igual aprendo, eso no se puede negar.
Hace mucho que no cocino como tampoco limpio para estos festejos.

sábado, 12 de noviembre de 2016

¿Había que contar las cosas antes?

Prefiero hacerme la paja antes que mi verdad.

No debería escribir pero lo hago. Escabio veo cosas que se fueron y se sostienen igual sin vos. La memoria nos juega como una manera misteriosa para levantar la copa. Y hace tiempo que me quedé sin casa. Como el arrepentido.
Lo que puedo construir como un fututo seguramente será sobre pasos pasados. Los silencios de sillones que pude llenar. Las películas que no vi. Las personas que dejaron de visitarme.
Leí un libro de un coach en este tiempo. Vivimos con ellos hace tiempo y tengo un problema serio. De convivencia cada vez que empino una botella. La agresividad que no se despide de verdad de mis propios demonios. Todos esperan que escupa de mi verga una verdad.
Una repetición desde el silencio como una lágrima que dejó de escuchar voces.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Otras formas de despedirme.

Siempre tuve la costumbre de agarrar las cosas y salían. Ahora es un poco más complejo. Antes agarraba una guitarra y con una lapicera, las escribía. Pero empecé a encontrar otras complejidades a la hora de grabar. Un sostenido.
No es fácil elegir el canal. No hablemos de efectos porque se desdibujan con el cursor. Ahora es todo digital y a la hora de decidir con cuál me quedo me vuelvo frío. Probé acustizando todo y el ruido desde afuera es el mismo. El insulto interior se expresa y no sé dónde me lo guardé.
La represión vino desde un afuera cuando había cierta libertad ficcional. Buscamos el cable que falta para que no se grabe. O no sea grave. Buscar un té adecuado antes de irme a dormir. O un libro. Los audios repetidos que te despiertan con el sinsabor. Sueño cosas extrañas. Autos de juguetes y señoritas. Sin polución.
Programar como los detergentes pasa como cuando dibujabas y empezaron a decirte hay que ahora se suman esos palitos desde tus garabatos. Nos cuesta decir hola frente a una relación. Y creen que ahora se usa menos para limpiar.
Antes no me miraba al espejo antes de salir. Ahora combino micrófonos con tonos, para que no se oxiden. Un antes y ahora se complicó.Y me miran como si no fuese un problema. Me pregunto ¿Cómo creen que se sostiene todo eso así? Salir es una. Lo otro se encuentra.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Loops para soñar de nuevo. ^^Creencias^^

Estoy acotando algunos materiales y armé un conglomerado de artistas que influenciaron ciertas escrituras para separarlas por un tiempo. A veces sostenerse sobre la base de una misma fórmula llegó a un punto que se me secaron las emociones como motor creativo.
Hace un par de semanas escuché una canción que no tenía relación con nadie en particular y se me plagaron recuerdos con una persona que deseé hace mucho tiempo atrás como musa de inspiración. Un pasado increíble que me pasó como metáfora. Creía que se sostenía aparte. De Bibio.
El paso del tiempo como los cambios reales a la hora de pensarme en un futuro cambiaron. No sé si para bien. Uno nunca sabe que es lo bueno para uno, pero me di cuenta que he vivido una ficción muy grande a como pensaba y no puedo sostenerlas en el tiempo. Cuando empezás a escucharte de verdad cuando grabás. Con todos esos equipamientos que tenés y no sabés usar. Cuando no planificás sobre el futuro y ya sabés que no te da.
En algún momento de mi vida creí que era independiente y la soledad me ha dejado a merced de adicciones que se han llevado muchos logros que llevaron muchos años en una repentina caída libre. No es la primera vez que me pasa. Muchos vicios que se hicieron hábitos. Días de la semana que se volvieron suicidios. Persecuciones animadas con repentinos encierros. Demasiados bloqueos para creer en una sola persona.
Encontré un paso que nos dio una vereda distinta a la hora de pensar que prefiero no copiar. El amor se expresa con otras palabras, incluso cuando empiezan a separarse por los silencios.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Efectos de la casualidad

En estos días publiqué un texto sin querer. Creo que por error, nunca me di cuenta si el texto se disparó o algún chino democrático me lo sacó de los borradores. El escrito estaba incompleto. Al principio me puse mal porque el documento estaba sin corregir y no había llegado a desarrollar una idea principal. Muchas introducciones sin nudos. Ni hablemos de desenlace. Eternos bucles.
Tuve en algún momento del brote psicótico que sufrí hace nueve años atrás que no me entraba la contraseña del correo y pensé que estaba siendo perseguido. Era una modificación de la frase y no me acordaba. La situación no daba para que me subieran la medicación. Estaba muy paranoide por todo lo que me pasaba. Tenía la conciencia rota y creí que mi familia se ponía en contra en todo.
Había un libro que creía que se lo habían llevado. Cancha con Niebla de Ricardo Bartís. Y estuve mucho tiempo pensando que me lo robaron del placard. No. Se lo había prestado a una compañera de teatro de ese tiempo junto con Fragmentos de un discurso amoroso de Roland Barthes. Hoy creo que mi familia ni sabía de la existencia de ese libro. A Lucía me la crucé un par de veces en la parada del colectivo por Boedo cuando vivía allá. Nunca le reclamé el libro. Me compré otro Bartolo y consulto a Roland con un ejemplar que tiene mi hermana.
Estuve recuperando y ordenando algunos libros de teatro que tengo. Los puse para leer después de algunos otros que tengo en lista frente a los problemas de bloqueo creativo que estoy sufriendo hace  años. Voy a retomarlos. Algunos son clásicos y otros tienen nuevas ediciones con más compilaciones de textos. De dramaturgia, ensayos y obras. No creo que retome el teatro como actividad, se complica con mis tiempos actuales. El teatro demanda otros tiempos ante la inmediatez de mi vida. Y ahora tampoco tengo la pasión que le tenía. Como un ego nunca resuelto.
A veces las obsesiones, sin que nos demos cuenta, nos juegan malas pasadas como cuando no ensayaste ni te aprendiste los textos para cuando ibas a clase de teatro. Como alguien dijo alguna vez, "La Tranquera viene floja" y tenía razón. Creamos máscaras de lo que creemos ser y somos puros intentos acartonados. Sé que también se me dispararon las entradas con un delay involuntario. Como Mil, lo dejé dentro del margen de errores.
¿Aflojarme con los relatos del yo? Buena pregunta. Bucles de yo yó Matic.

martes, 1 de noviembre de 2016

Alacena

Tengo un tema con los muertos. Sí, desde el 2000 se supone que vienen personal pero vienen desde hace mucho. Desde el tío de mi viejo como mi abuela materna que quizá supo de mi hermana que crecía desde la panza de mi mamá mientras se iba.
Hay algo que dijo mi abuela antes de morir y se lo dijo a mi tío antes de morir y debe ser un karma. Se resume de una manera nunca fidedigna: Nunca les dije lo que sentí por ustedes, pero que sepan algo que nunca les dije: Que los quiero mucho. Mi tío se lo contó a mi mamá y creo que se hizo carne.
Mi vieja cada vez que no estamos enemistados o sí, siempre tenemos un código para comunicarnos. A veces hago de médium con mis hermanos. La relación, para algunos perversa, con mi mamá cambió hace una semana.
Rompi las alacenas de la heladera, sin querer. Si lo analizo tenía sed. Un estruendo despertó del sueño a mi vieja y a mi hermana y algo apareció. Un cuerpo duro que caminaba por la casa.

viernes, 28 de octubre de 2016

La salida entre escuelas.

A veces todos se separan adelante tuyo y vos ya estás separado. Nada especial. Quizá viví la separación tan unidios que todo parece tan normal. La fantasía vivida.
Siempre busqué alguna solución simple para problemas complejos. Como solucionar lo terminal con un suicidio. Y hoy no, me dijeron. Uno nunca deja sus influencias.
Si vas a abandonar o vas a jugártela, no busques en el foro. Que lo sepan todos no se justifica. Si veo mis días de los días que hecho por Facebook hoy estoy borrachísimo lamentando la pérdida de un amor platónico. Y lo ponemos en bastardillas porque eso se perdió en la secundaria.
Siempre me pregunto hoy de lo que dejé de ser fiel. Y la semana te lo dijo,
Fue ¿Un martes o de miércoles?

sábado, 22 de octubre de 2016

Poe es

La verdad tiene
sus problemas.
A que convivan.
Y no los
rematen.
En el chiste.
A que era
y sí es.

viernes, 21 de octubre de 2016

Que todo está bien.

Cuando tuve mi primer brote, indirectamente recibí noticias. Mi hermana tuvo mi celular y a la casa de mis viejos llamó gente para saber cómo estaba. Estuve guardado una semana y creí salír. Dejé la medicación y un poco me desmoroné.
Lo que puede hacer una abstinencia sin control. Apagar los aullidos con el perfumero de coco. Algunas cosas nuevas que sentía en la misma alucinación. La fantasía rasgueaba mi soledad y realidad. Un departamento caído, con todas las paredes peladas por limpiar. Sin redes.
Hoy estoy en mismo lugar con otra pared por raspar y pintar.
Mi obsesión actuó para mis ojos como un final.

viernes, 14 de octubre de 2016

En el viaje.

Antes me apagaban los cigarrillos en las muñecas. Paso el tiempo y varias veces me lo pregunto. ¿Con qué sentido? Varios hicieron obras sobre el sufrimiento. Quizá me pasa cuando termino este vaso que se calienta como el mundo a la hora de describir.
Muchas personas se han enojado frente a lo que dicho o he escrito. Me callé por mucho tiempo. Y seguro me seguiré callando para que se acomode el poder que me sostenga. No leí a los grandes. Siempre citas. Ninguno se quedó a dormir.
Hay algo que me pasa con esa buena relación. Sale por cuenta gotas. Como un problema de próstata. La creatividad tiene sus consecuencias. La regla frente a la regla nos delata, no necesitamos tantos estímulos. Me lo dijo ella, sin pensarte.

viernes, 7 de octubre de 2016

Un adjetivo.

Con tanto verbo y sustantivo muchos se van a la mierda. El periodismo necesita de ellos, sin que se den cuenta. Si lo que lo que contabas ya no es parte de esta cultura.
Ahí.

jueves, 6 de octubre de 2016

The Selfish Giant

Note: Oscar Wilde intended this story to be read to children.

I
Every afternoon, as they were coming from school, the children used to go and play in the Giant's garden.
     It was a large lovely garden, with soft green grass. Here and there over the grass stood beautiful flowers like stars, and there were twelve peach-trees that in the spring-time broke out into delicate blossoms of pink and pearl, and in the autumn bore rich fruit. The birds sat on the trees and sang so sweetly that the children used to stop their games in order to listen to them. 'How happy we are here!' they cried to each other.
     One day the Giant came back. He had been to visit his friend the Cornish ogre, and had stayed with him for seven years. After the seven years were over he had said all that he had to say, for his conversation was limited, and he determined to return to his own castle. When he arrived he saw the children playing in the garden.
     'What are you doing here?' he cried in a very gruff voice, and the children ran away.
     'My own garden is my own garden,' said the Giant; 'any one can understand that, and I will allow nobody to play in it but myself.' So he built a high wall all round it, and put up a notice-board.

TRESPASSERS
WILL BE
PROSECUTED

     He was a very selfish Giant.
     The poor children had now nowhere to play. They tried to play on the road, but the road was very dusty and full of hard stones, and they did not like it. They used to wander round the high wall when their lessons were over, and talk about the beautiful garden inside.
     'How happy we were there,' they said to each other.

II

     Then the Spring came, and all over the country there were little blossoms and little birds. Only in the garden of the Selfish Giant it was still Winter. The birds did not care to sing in it as there were no children, and the trees forgot to blossom. Once a beautiful flower put its head out from the grass, but when it saw the notice-board it was so sorry for the children that it slipped back into the ground again, and went off to sleep. The only people who were pleased were the Snow and the Frost. 'Spring has forgotten this garden,' they cried, 'so we will live here all the year round.' The Snow covered up the grass with her great white cloak, and the Frost painted all the trees silver. Then they invited the North Wind to stay with them, and he came. He was wrapped in furs, and he roared all day about the garden, and blew the chimney-pots down. 'This is a delightful spot,' he said, 'we must ask the Hail on a visit.' So the Hail came. Every day for three hours he rattled on the roof of the castle till he broke most of the slates, and then he ran round and round the garden as fast as he could go. He was dressed in grey, and his breath was like ice.
     'I cannot understand why the Spring is so late in coming,' said the Selfish Giant, as he sat at the window and looked out at his cold white garden; 'I hope there will be a change in the weather.'
     But the Spring never came, nor the Summer. The Autumn gave golden fruit to every garden, but to the Giant's garden she gave none. 'He is too selfish,' she said. So it was always Winter there, and the North Wind, and the Hail, and the Frost, and the Snow danced about through the trees.
     One morning the Giant was lying awake in bed when he heard some lovely music. It sounded so sweet to his ears that he thought it must be the King's musicians passing by. It was really only a little linnet singing outside his window, but it was so long since he had heard a bird sing in his garden that it seemed to him to be the most beautiful music in the world. Then the Hail stopped dancing over his head, and the North Wind ceased roaring, and a delicious perfume came to him through the open casement. 'I believe the Spring has come at last,' said the Giant; and he jumped out of bed and looked out.
III
     What did he see?
     He saw a most wonderful sight. Through a little hole in the wall the children had crept in, and they were sitting in the branches of the trees. In every tree that he could see there was a little child. And the trees were so glad to have the children back again that they had covered themselves with blossoms, and were waving their arms gently above the children's heads. The birds were flying about and twittering with delight, and the flowers were looking up through the green grass and laughing. It was a lovely scene, only in one corner it was still Winter. It was the farthest corner of the garden, and in it was standing a little boy. He was so small that he could not reach up to the branches of the tree, and he was wandering all round it, crying bitterly. The poor tree was still quite covered with frost and snow, and the North Wind was blowing and roaring above it. 'Climb up! little boy,' said the Tree, and it bent its branches down as low as it could; but the little boy was too tiny.
     And the Giant's heart melted as he looked out. 'How selfish I have been!' he said; 'now I know why the Spring would not come here. I will put that poor little boy on the top of the tree, and then I will knock down the wall, and my garden shall be the children's playground for ever and ever.' He was really very sorry for what he had done.
     So he crept downstairs and opened the front door quite softly, and went out into the garden. But when the children saw him they were so frightened that they all ran away, and the garden became Winter again. Only the little boy did not run, for his eyes were so full of tears that he died not see the Giant coming. And the Giant stole up behind him and took him gently in his hand, and put him up into the tree. And the tree broke at once into blossom, and the birds came and sang on it, and the little boy stretched out his two arms and flung them round the Giant's neck, and kissed him. And the other children, when they saw that the Giant was not wicked any longer, came running back, and with them came the Spring. 'It is your garden now, little children,' said the Giant, and he took a great axe and knocked down the wall. And when the people were gong to market at twelve o'clock they found the Giant playing with the children in the most beautiful garden they had ever seen.

IV
     All day long they played, and in the evening they came to the Giant to bid him good-bye.
     'But where is your little companion?' he said: 'the boy I put into the tree.' The Giant loved him the best because he had kissed him.
     'We don't know,' answered the children; 'he has gone away.'
     'You must tell him to be sure and come here to-morrow,' said the Giant. But the children said that they did not know where he lived, and had never seen him before; and the Giant felt very sad.
     Every afternoon, when school was over, the children came and played with the Giant. But the little boy whom the Giant loved was never seen again. The Giant was very kind to all the children, yet he longed for his first little friend, and often spoke of him. 'How I would like to see him!' he used to say.
     Years went over, and the Giant grew very old and feeble. He could not play about any more, so he sat in a huge armchair, and watched the children at their games, and admired his garden. 'I have many beautiful flowers,' he said; 'but the children are the most beautiful flowers of all.'
     One winter morning he looked out of his window as he was dressing. He did not hate the Winter now, for he knew that it was merely the Spring asleep, and that the flowers were resting.
     Suddenly he rubbed his eyes in wonder, and looked and looked. It certainly was a marvellous sight. In the farthest corner of the garden was a tree quite covered with lovely white blossoms. Its branches were all golden, and silver fruit hung down from them, and underneath it stood the little boy he had loved.
     Downstairs ran the Giant in great joy, and out into the garden. He hastened across the grass, and came near to the child. And when he came quite close his face grew red with anger, and he said, 'Who hath dared to wound thee?' For on the palms of the child's hands were the prints of two nails, and the prints of two nails were on the little feet.
       V

     'Who hath dared to wound thee?' cried the Giant; 'tell me, that I may take my big sword and slay him.'
     'Nay!' answered the child; 'but these are the wounds of Love.'
     'Who art thou?' said the Giant, and a strange awe fell on him, and he knelt before the little child.
     And the child smiled on the Giant, and said to him, 'You let me play once in your garden, to-day you shall come with me to my garden, which is Paradise.'
     And when the children ran in that afternoon, they found the Giant lying dead under the tree, all covered with white blossoms.

sábado, 1 de octubre de 2016

db

Todo lo que significó una historia. Sin explicitar. Con el paso del tiempo empecé a entender quién era mi fantasma y de alguna manera lo protegí. Hoy escucho canciones que pudieron estimular hacia una expresión. Los tiempos de hoy dicen otra cosa.
Mi hermana me decía la sabiduría de haberse comunicado, aunque el sonar no diga nada. Habla de otra cosa. Dejar de lado las rencillas que alguna vez fueron. Dejar de lado lo opositivo por un deseo por alguien mejor, que lo vive de perillas sin la convivencia del pasado.
Las conexiones las harán los lectores. Si es que existen.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Son espejismos que aumentan la sed



Me pasan cosas con ciertas marcas de cerveza. Me dijeron que la Quilmes está hecha sin lúpulo y puede ser por eso. Siempre fue de costumbre tomarme una cerveza Quilmes para el levante. Dejé de hacerlo hace tiempo pero hay varias razones por eso.
En algún momento tuve una novia con la que chupábamos mucho. Nadie sabía quién era Sid o Nancy en la relación. Dos esponjas. Nos cagábamos a palos completamente escabio. Sonaban los Ramones de fondo y competíamos quién tomaba más. Nos dejamos los moretones como prueba de amor y odio que nos llevaba. Hasta que me meó la cabeza con otros planteos. Terminamos.
Al año, estuve en rehabilitación porque se me había pegado el hábito de guardar las latitas escondidas detrás del inodoro. Tomaba todos los días y siempre había lugar para otra. Un amigo me aconsejó que vaya a las charlas de Alcohólicos Anónimos y ahí conocí el tango como los doce pasos. Tipos que contaban que se habían dejado romper el culo en pedo, viejas que escondían las botellas vacías en los tachos del vecino y otros que llegaron a vivir en la calle por el chupi. Duré unos meses. Creí que podía manejarlo solo. Me di un sorbo de confianza y me agarró el monito chupabirra.
La recaída fue un poco más importante cuando arruiné una fiesta de cumpleaños, cuando todo el mundo esperaba a que me comportase como una persona civilizada. Me mandé un cagadón importante que no me acuerdo. La relación con una mujer del jet set con la que salía estaba acabada con quince días de anticipación o antes. Mis plantones repentinos a las salidas del laburo se volvieron insostenibles. Me dio varios ultimátums en la puerta de casa y cuando se iba, me fui para el chino a comprarme las birras. Siempre pensaba una más y no jodemos más.
Y no jodimos más después de la fiesta. Las personas dejaron de hablarme y creí que parecía parte de un chiste. No me hablaron ni comentaron qué pasó ahí. Muchos para bien y otros ya no sé por qué.  Una noche en pedo me acerqué al espejo y vi que mi fisonomía cambiaba. Me veía en el espejo como Paulo Vilouta pero con labios anchos y con biaba. Me busqué el saquito gris a cuadros que usé en la fiesta. Cuando me vi, entendí a qué me refiero cuando te convertís en el mismísimo diablo. Quién te puede hablar así. Di un giro sobre mi eje como una danza y me dormí con el saco puesto.
Empecé a cambiar de marcas para ver en qué personaje me iba convirtiendo. Con la Stella Artois me salía el Perro Santillán y me ponía una bandana en la cabeza. Salí a cortar calles y varias veces casi me atropellan por las noches. Con la Stella negra me convertí en un imitador de Ricardo Arjona de algún bar de karaokes y canté canciones de Sandro con un micrófono de plástico, con el cigarrillo y los temblores de las manos incluidos. Eso te puede pasar cuando mezclás con ansiolíticos.
Hace poco, me agarró un resfrío y me tomé un antifebril con un vaso de vino. Al rato empecé a notar que me salía una voz carrasposa y me ponía jocoso como agresivo. Con esa risa maldita. Me fui hasta el espejo y encontré al personaje más buscado entre los tragos. Con la nariz roja, rompí el espejo cuando tiré la botella de Latitud 33 contra el vidrio. Logré encontrarme con Emilio Disi. Ahora sé que me asusto cada vez que me invitan a una fiesta. Con el tiempo te vas volviendo ajeno.

PD: Está bueno recibir críticas sin desmembrarse, diría un amigo.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Las canciones de Díaz.

Te preparaste para una reunión que se frustró antes que se organice. Me lo contaron por las radios. Otra cosa es haber muerto abrazando un fantasma y empezaste la vida, otra vez. Los niños no se asustan con lo desconocido.
Tuve pocas primaveras junto a alguien para disfrutar. Es un mes difícil desde hace años. No tan pronto, bien lejos. El trabajo te da amor como el ocio. Y viceversa. Objeto, máquinas y personas. Retroceso como rapidito, como el chiste ¿Dónde quedará toda esa alquimia? Algunos dicen en el carbono, como unidad del universo completo.
Los ensayos en intimidad no cuentan. Cuando hacía los trips de teatro, me levantaba temprano e iba a trabajar, volvía, me aprendía los textos e iba a los ensayos. Respeté mis sueños para respetarme.
Algunos textos los aprendí en un cuarto que repetía mi voz. No habían muebles que amortiguacen los ecos de la habitación. Iba a los ensayos y sin embargo, estaba disconforme. El debut fue despedida hace ocho años, ya. E igual, pese al ego, nos seguimos leyendo.
En la semana veo a un tipo que vive en la calle, con todas sus bolsas y miradas a los demás. Alguna vez, fui un anarquista como actor. El señor, sin vestuario seleccionado, tiene una remera de República Argentina 1989. Si te atrae la historia de él, está a una parada pasada del Museo del Holocausto del 132 cuando pasa la Facultad de Medicina de Buenos Aires. Tiene una gorra de lana. En la puerta de un colegio al lado de una Iglesia.
Hoy abrió una latita de Coca Cola y me miró.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Prácticas

Estuve mirando videos y leyendo de websites. Cosas que motivaron para hacer mi vida un poco mejor. Muchos creen que vivimos en un oasis. Y no. Algunos nos ponemos mal en como se viste Paulo Vilouta y lo ponemos acá para no pagarlo en terapia. Se viste mal.
Estoy mirando cositas de antaño por el Facebook. Algunas cosas me puedo acordar, otras borré y otras no puedo dejar de repetirme la visita. El trabajo me deja hacer cosas que deberían ser temas de estado para el sudeste asiático. La adicción a la Internet. Sí, me lo comentaron hace rato.
Hacía el trío. Compu, cigarrillos y cerveza.
Si hago la cuenta, estoy en el dos y medio. La cerveza la dejo para cuando no hay servicio. Algunos lo hacen para cuando no hay luz y abren un libro. Deberían cortar la luz más seguido e improvisamos una charla con romanticismo. El cigarrillo me está matando.
No a mí. Mi gata está teniendo problemas respiratorios. Mi hermana me dice que solo tose conmigo. Estuve leyendo como todo paranoico que busca los síntomas y no las causas. Quizá sea yo.
Hay alergias que para los bípedos no nos damos cuenta. Ningún greenpeace en actividad. Nuestros animales se nos están muriendo con nuestros hábitos. Quizá sea la mancha de humedad que estás dejando de lado y la dejaste en la lista. O los perfumes que te ponés para quedar mejor para el que se olvidó de vos cuando se encontró con alguien que quiere de verdad y al querer de verdad es la fantasía de otro.
Hay muchas cosas para hacer en casa. Empezar a que suene el teclado es muy lindo pero hay algo de Laiseca muy sabio al decir que las computadoras nos están matando sin que nos demos cuenta. Me ayuda a cuidar mi gata pero al mismo tiempo me olvido de ella. De a poco nos vimos y de un susto nos fuimos. Como si tu mano fuese siempre más grande.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Mi Cobain

Me dieron un ultimátum frente algo simple que para otros es algo resuelto. Volverte comprensible ante lo irreversible. Una improvisación de un guion que se llevó las arenas de tus manos. De quienes tuvieron su llegada y entendieron. Algunos elijen, otros se van y algunos no llegamos a terminarlo. Antes que hagamos un final. Escrito y oral, siempre presencial. Un juego lindo para dominar. A veces, el denominador no somos los que escribimos las historias.
Hicimos muchos cuentos, llenos de manchones que se van haciendo otros icebergs para otras historias y los cuentos que se hicieron la recta. Algunos instrumentos dejamos de ponerlos en la producción, por algún motivo. Nuestra deuda moral.
Empezaron a aparecerme otros compromisos. La tarjeta de crédito y ciertos lujos impensados para preguntarme cuáles son los caminos a seguir. Parece que ya no pienso en hijos. Como las deudas que contraés a una historia que parece infinita. Como el cigarrillo que empezaste a fumarlo antes a un examen de física.
Todo lleva un tiempo. Como la distancia de una regla. El pony hecho por un vendedor de perfumes de estación. Y cuando llegó para un cuadro se encontró con: Espacio disponible para publicidad.

sábado, 3 de septiembre de 2016

A veces nos ponemos en el lugar de Juan Morris.

Por marketing podemos hasta romper las copas de plástico como performance. Hay que vender las joyas de la abuela. Me puse anticuado y conservador. Todo tiene que pasar en penumbras y con soliloquios de un monólogo de otro. Para despistarse.
En el fondo, somos los mismos que estimulamos una misma situación, mirada desde otra perspectiva. No hay perdón, nada se borra ni se transforma con el paso de los hechos y el tiempo. Algunos quedamos como víctimas del paso del cursor. Miramos videos viejos de sueños compartidos. Y nos dedicamos a ver, por mucho tiempo, la vida ajena. Como un monasterio acartonado.
Desde que vi a Sartre por primera vez, entendí. Lo que esperabas no era y a quien esperabas aparecer, tampoco. Qué cagada me habré mandado para tanta ficción. Un pedazo de espejo en la tarjeta y el dolor de cuello que no se libera del hiperrealismo para ponerlo como puntos suspensivos.
Mi infierno es infierno de otro, cuando tiene que memorizar textuales y no se relaja, como un abrigo que no dí en algún momento de mi vida. "El que depositó dólares recibirá dólares". No hay tanto mesianismo. Ahora les pondremos tonalizador de canas para las zapatillas que son zapatos. De oficina.

viernes, 2 de septiembre de 2016

Transposiciones como ecos en el sonar

Cuando vas haciendo un cover y se te cruza con otro cover mientras la hacés en un espectro imaginario. Puede ser canción.

viernes, 26 de agosto de 2016

Por los pelos de Vilouta

-Hoy un amigo posteó el papiro con el que El marqués de Sade hizo sus obras. Parecía un papel higiénico. DESARROLLE:
Me contó varias veces que estaba de oferta en el Carrefour de San Lorenzo y leí versiones de pocos pesos que deben estar escondidas en alguna biblioteca. Para algunos, me masturbé sobre lo mismo, pero estoy encontrando que eso mismo como motor para otros rollos de papel.

-Hay palabras que no uso pero se me pegan como alimañas cada vez que digo algo. Como una sed venenosa ante la punta del iceberg. DESARROLLE:
Me pasaron una novela para leer que mezcla peleas que podrían ser deseos de un tipo que fui y se fue.
No soy amigo del lujo aunque soy amigo del diseño. Lo que salió de ciudad universitaria, queda en Ciudad Universitaria.

La paranoia de El Maquinista la pasé cuando me mudé sin saber a quién iba a atropellar. My Billy Elliot real. DESARROLLE.
Creí ser un pro y soy más PRO que el lindo con la que salía con. Cociné poco. Cuando lo hice algo fue por instrucciones de alguno. Muy Núremberg.

CONCLUSIONES.
Somos soretes de verdad.

-Pablo dijo algo sobre Pinterest. Sí-

viernes, 19 de agosto de 2016

Cantata de lisa a un puente amarillo

Cuerdas de acero inestables. Una en cada atmósfera, como los días. Estoy tratando de sacar algunas canciones que tienen algunos esbozos que nacieron de otros finales. Con el tiempo de escucha salen otras secuencias. Me siento, pero me voy a fumar un cigarrillo y vuelvo. No puedo.
Me abrí un vino. Con el pasar del tiempo, no puedo congeniar el sueño reparador de lo que quiero. Puede salir pero a cada paso que doy la canción, que es la misma. Estuvo guardada por mucho tiempo y me doy cuenta que hasta Paul McCartney compone canciones para emojis. Hay canciones que por el audio perdieron el sonido pero no el tiempo. Esta mañana pensaba como Robert Smith dejó los pedales chorus y se quedó con el flanger. Charly García confesó que con LSD escuchaba con ese efecto.
La guitarra me da una inmediatez que antes no tenía. No lo estoy hablando desde el lenguaje de los cuerpos, sino que puedo dejarme huellas que me dejan callos al sonar. En una dimensión verborrágica de la bronca que se martilla en una carbonilla que se parte dibujando un pentagrama imaginado.
Tengo que dejar los cuadernillos y enfrentar a los profesores con una canción que termine. De un sillón, que ahora me siento en una silla. No quiero quedar durmiendo en un piso de una alfombra persa de algo que ya no me pertenece.

domingo, 14 de agosto de 2016

Estás quemado

Dejé de repetir obras. Hubo espectáculos que vi varias veces y después como un acto cansino fui. La verdad que la experiencia no se la recomiendo a nadie si no le gusta el desplazamiento como un cuchillo asesino ante un flan. Nadie puede ver desde dónde se desarmó antes de servir.
Creo que la obra la vi desde los ensayos en compañía. Las pruebas y los andamiajes. Busqué lo antinatural de quien actuaba para darme cuenta de lo era actuar. Después seguí con mis clases de teatro buscando ese instante y nunca me salió.
Varias veces volví por ese mismo momento de lucidez impensada en un mar que se mueve todo el tiempo. Hubo una vez, que la vi muy borracho después de un mago y el personaje me habló. Estaba en una esquina de la platea. No supe a quién le hablaba. Delataba muchos alientos. Me escapé a la salida e improvisé entre corridas por el mismo espacio que las unen.
Recalculé muchas veces. La última vez que la vi pudo pasar en dónde trabajo, ahora. Por Lali o Pichot en la radio, me quedé inmutado ante mi frigidez ante las cosas. Empezaron a usar sus auriculares, molesto para las alas.
Por eso también, podés dejar de hablar cuando hablás de política. Por quedarte para ver que dice un postrecito.

sábado, 13 de agosto de 2016

Qué encuentro

Extraño
a mis compañeros
como cada viaje
que hago.
Los veo
y de alguna
manera
los percibo
en las expresiones
de mi enfermedad.
Sin final.

Un duende me dejó en un mismo taxi libre.

"Va y viene, esto es una porquería".
Se nos hicieron las doce y nos quedamos sin Internet. Estoy ensayando varias formas de comprendernos. Tengo muchas tareas por resolver a la vuelta de mis vacaciones.
No me quise escapar de las letras pero estuve muy vago caminando y recorriendo lugares que me trajeron muchas nostalgias. Creemos todos que lo que vemos es algo nuevo. Fui a un lugar que retiene mucho de mis recuerdos, como también cosas nuevas. Sin anotaciones.
Ojalá algún día la vida cotidiana no tenga la tanta nostalgia sin ser nocturno.

lunes, 8 de agosto de 2016

"Por favor, alguien diga algo"

Las vacaciones me pesan solo. Me tomé pocas vacaciones desde 1993. Otras estuvieron mechadas por trabajo.
Mis mejores vacaciones fueron en Bolivia, después de un año de teatro. Después devino lo que RJ se escribió. Este blog quiso escribir encima y hoy se sienten las escaras en el ojete.
Había una anécdota de Soda Stereo en su último concierto en Chile de 1997. Después del camarín. Lo que se dijo.

sábado, 6 de agosto de 2016

Flan

Ese texto creo que se perdió en un barco.
Cada vez que estuviésemos juntos.
Estamos acá, en Mar del Plata.

sábado, 30 de julio de 2016

Repetición

En algún momento, empecé a reformular algunos clichés. No se puede dejar de saludar y buceé para encontrarme con otros recursos para no convertir algunos elementos con el síndrome del oso usado. Empecé a despegarme de algunas canciones por algún tiempo para no hacerlos carne viva.
Funcionó poco. No estamos exentos que nos despierten algunas melodías que nos lleven a la obnubilación. Recuperé algunos estados pero como toda práctica, necesito ejercitarlas para llevarlas a cabo.
Como leer el manual. Algunas cosas perdieron lo intuitivo de las cosas. Las exigencias son otras, sin volverse rudimentario. Parece una quietud eterna y si no te programás vos, no te despierta nadie.
Como ilusión es genial pero sin cuerpo no tiene la experiencia. El recorrido es vago como un balbuceo.
¿De quién estaré hablando?

domingo, 24 de julio de 2016

Llegás a los tres años y cambiás

Perdí varios textos. En algún momento de mi vida las cosas se fueron desmoronando y cerré sin hacer el backup que correspondía al blog que se supone que le contesto y me contesto con verbos pasados. Dejé de relacionarme mucho con otros bloggers como para intercambiar ideas que curen cicatrices psicóticas que pasaron en varios momentos de crisis.  Hubo alguna reseña ficcionalizada, muchas poesías y otras yerbas que las perdí completamente. Algunas las recuerdo como recursos que utilicé un poco más creativas a lo terrorífico que tenía el Reykjavik sobre los dilemas de la vida, el amor y la muerte. Ninguna locura, creo, alrededor de otros autores que empecé a leer. Hacía mucho que había dejado los libros.
Un poco me estoy divorciando de la no ficción entrelazada de no ficción. Lo documental tendrá otros cuadernos. Se me están venciendo los tiempos propios como todo curso de las cosas. Este blog estará activo como un volcán de ansiedades pero quizá analizando la propia personalidad de su propósito.
A veces las cosas salen naturalmente sin punzarlas a la sobredimensión de las cosas, quizás necesite volver a esa naturaleza entre tanto alquitrán. Los problemas de afuera nos atraviesan y no podemos estar ajenos a ello. Demasiados instantes como para detenernos un ratito más y ver lo mágico de las palabras. No nos perdamos era un lema.  Mal entendido.

miércoles, 20 de julio de 2016

Caballavero

Me cargaban de chico. Sí, bastante y con el tiempo algunas cosas se callaron. De a poco me hice parte de mi vida algo que no debía ser normal para otro. El cachetazo de realidad. Quizá el encierro se volvió un elíxir para sostenerme a lo hostil cada vez que salía.
Con el paso del tiempo, algunas cosas perdieron mis pasiones. Un rojo desteñido en los ojos que se fue atenuando cada vez más. Un atardecer con la toxicidad. Encontré algunas cosas que antes no hacía en compañia. Algunos soliloquios empezaron a hablarme como los porteros eléctricos cuando apretás todos los botones.
Hoy todavía lo puedo contar,  pero me doy cuenta que algunas cosas se fueron borrando y no es como antes. Aunque cada vez que lo veo o escucho me agarra la desesperación. No lo puedo resolver más solamente en paja mental. Lo que pude llevarlo en papel como un diálogo se manchó por el tiempo.

viernes, 15 de julio de 2016

Relativas

Estoy abriendo varios cuadernos. Cada uno tiene su interlocutores. A cada uno le estoy poniendo otra impronta. A veces se tocan, se chocan y no corresponden como las peleas nocturnas del vecino de al lado. Se dejan entrever por las fechas que van pasando como arcoíris.
Algunas listas se repiten de actividades sobre la pizarra. Algunos tachones logré borrarlos, algunos stickers se caen pero los levanto cada vez que llego y los encuentro en el piso. Aunque todavía cuesten cada vez que miro por la barra de las direcciones. Cada vez más cerca.
No necesito apagar las luces para dormirme. Los ejercicios a veces me dejan ver al señor que se inclina como la torre de Pisa cuando se duerme en subterráneo, elucubrando. Me dejo una libretita fucsia para poner palabras claves con flechas.

miércoles, 6 de julio de 2016

Fear of Love

Have you ever loved someone so much that fear takes control of every emotions.
Fear of loving.
Fear of losing that felling of floating on air.
Fear of one day hearing the words…goodbye…
How can love & fear be twisted in one so that you can't even tell them apart.
Maybe, loving means risking everything for that one person who makes you feel larger then life.

I feel that with you, fear.
Fear of feelings I promised myself I would not feel again.
Fear of giving myself to be hurt again.
Fear of saying goodbye and never loving again.

Where do I go from here?
Do I let my fear of not being enough drive me away?
Do I let go now and let fear win?
Do I hold on and allow fear to drive you away?
Or do I hold on and shut fear out and know that real love will win?

Whatever path our love leads us down one thing I know is true.
Your love had made me realize what it is to love so much that fear takes control.
Whether that is good or bad remains to be seen.

Love knows no time, no place, and no fear.
We do that on our own.
We try to reason something, love, that had no reasoning about it.

Always from a far I saw you.
Until one day you were there with warmth in you face I could not refuse.
Now you are the man I dream of.
A fear I never expected when I looked at you.
A love that lit like a candle in a dark still room.
In one flash you lighted my heart with warmth and fear.

I do not know if fear of losing you will win.
Or if I have the strength to hold on and wait for our love to flourish into a lifetime of security and happiness.
The one thing I do know is that my fear of losing you is my heart admitting that there is a part of you I hold dear.
And that is the love I feel for you growing each day.


sábado, 2 de julio de 2016

Un amigo.

Es raro despertarte y no podés conseguir lo que te falta.  Una boludez, la sexta cuerda de la guitarra se me rompió apenas la cambié al afinarla y en general las casas de música que las venden abren más tarde o no abren, según la zona, los fines de semana. Mi guitarra principal está teniendo muchos problemas desde hace años.
Desde que un idiota que la golpeó completamente borracho hasta que se oxidaron los encordados y los trastes por la exposición. Algunos acabados de la tapa están perdiendo coloración y no quiero pensar en la batería que alimenta a los ecualizadores. He arruinado otra guitarra negra como niño con el destornillador para ver que hay adentro. Está en su ataúd, con muy lindos recuerdos, a pesar del desarme.
Estoy usando una guitarra española de media caja pero tengo un problema. No tiene conexión para grabar en línea. Sin cables. Para los demos tengo que quedarme hasta muy tarde o muy temprano para que las voces de la casa no atraviesen su acento con la cercanía de las avenidas. En esos momentos el silencio se traduce con el sonido del gas de un piloto de una estufa.
En el mientras tanto, saco y escribo los esbozos en un cuaderno sobre las bases robadas de unas semillas de unos torrents de Islandia.

domingo, 26 de junio de 2016

Una docena me hace un cuanto lo siento.

Un tipo me hizo llorar, aunque no lo sienta. La perplejidad de muchas cosas que no nos salen. Un bandoneón que se teclea solo frente a la humanidad de lo que viene. Los violines se hicieron sin trastes. Un fraseo fugaz. Un encuentro fallado pero atonado. Un suspiro por un pudo ser.
La vigilia te espera como la amistad. Aunque un día no tenga nombre. Como las horas que nos hicieron escribirnos como una descripción sobre el fenómeno. La quietud de la voracidad en el sillón. Lo que se perdió. Encerrado por un mundo mejor. Un libro leído sin marcar son tantos. Un cuchillo sin filo para tu audiencia. Ojalá una risa sin marcar. Lo que leía y no sé.

jueves, 23 de junio de 2016

Degradé.

Tengo un tema con los prejuicios. Una vez hice un chiste sobre Paulo Coelho y alguien me sacó la chaveta sin los grandes intocables popes del pensamiento. Y me hizo track la cabeza. Porque no había tantas distancias, pese a que las sigo leyendo lavadas y estamos en tiempos que todo es preparado con timers.
Como algunos cuentos, canciones, slogans y lo instantáneo de la vida. Esto antes demandaba otras distancias, vivencias y daba muchas más vueltas. Lo que dura un parpadeo es casi un párrafo.
Para bien, regular o mal. Algunas viejas fórmulas funcionan todavía por arriba de procesos que llevaron éxitos que duran cada vez menos. Nada clásico o posmoderno. Buscar con herramientas que antes se usaban y no generaban tanto conflicto en las nubes que compartís en tu terapia.
"Hay gente que suelta las cosas demasiado rápido", me lo pregunto y lo balbuceo para no decirlo.

sábado, 18 de junio de 2016

Cafetero como acento.

"Todos se quejan de sus papás" y no los entendía. Fue la primera terapia familiar sobre mi viejo. Quise decir en pasado que todos estaban en contra de algo que para mí en ese momento me faltaba. Mi viejo tuvo un accidente cerebrovascular en 1987. Todo lo que era brillos y lentejuelas, en mi adolescencia fueron turbias. Por otras razones.
Mi papá no se escondió. Su cabeza dijo basta ya y sin querer, se quedó en una cama. Para muchos de la familía era extraño. Mi vieja en una horas nos dijo lo que pasaba. Cinco por ciento de posibilidad de vida. No hay hielo antes de eso. Comunicar en la propia privacidad que todo nuestro regocijo se nos fue a la mierda.
Hay algo que hizo mi viejo después que lo operaron es que preguntó por su familia. El neurólogo le hizo las pruebas de reflejo. Vivió muchas noches sedado porque trató de sacarse las vendas. Mi mamá le volvió a enseñar a caminar por los pasillos del San Camilo. Y a escribir.
La primera vez que pude ver a mi papá, después de la operación, tenía los ojos en compota. Un Alí sin membresía. Mi papá se libró una batalla menos pensada. Y nos dejó a varios en KO.
Ahora cada vez que veo un mar, algo de él se desperdigó por tantos océanos.
Un hombre lleno de libros pero simple. Una casetera lista para un viaje. Una gota de sudor como lágrima.
Y pienso en los otros papás que tuvimos, sin darnos cuentos antes de irnos a dormir. El que te iba a buscar despúes del colegio y el que se acostaba temprano al lado tuyo para arrancar muy, pero muy temprano.

jueves, 16 de junio de 2016

Cabo Corrientes

Ví varios actos oficiales.De un acorde u otro color. Algunos quedarán en la memoria. Por el largo del discurso nos quedamos. Sin foto. Hoy no nos invitan. Como una propia relación sexual. Ya todos saben y hacen lo que hacen a la hora de qué. Charlar o dormir, según las aplicaciones.
Mi papá se murió varias veces, como testigo de muchas muertes, dice mi psiquiatra. Lo ligo a un García sin instrumentos por tocar. Eso era mi viejo.
Mi papá tuvo una gran compañera, que se bancó muchos chistes de humor negro. Hoy mi vieja no acepta billetes viejos. Se arquean los asientos y es un ruido. Una silla que no se siente igual..
La belleza que reconstruye con  pasado que no lo pensó. Mi teta que está encendiendo luces. Y creyendo que tiene arrugas sabe preguntar por las montañas.
Apagué la tele y encendí la radio. La muerte sabe tener oficios.
Aunque los llores.
Al preguntar por.


sábado, 11 de junio de 2016

Tu sueldo

Nunca pensé ser un oficinista. La verdad que no. Pero los tiempos fácticos me dicen que sí. Empecé de cadete y ahora miro a los mensajeros con cariño cada vez que los veo. Tienen una angustia ajena a que hoy fue ayer, un llegar tarde siempre.
Con el tiempo, como los vinos, empecé a tomárrmelos. No para dejarlos pasar, sino por disfrutarlos. Cada vez que veo a un motoquero tomo otra regularidad, las suyas. Ellos desesperan por la firma de una planilla. Hago tiempos como Treplev antes del tiro y hago preguntas, del tiempo, digamos. No me gusta el fútbol como tema de conversación. Ellos saben muchas más cosas que cualquier periodista de tránsito. Dónde ir cómodo y que no moleste tu corte de calles. La semana pasada supe lo que se vive. El hollín de sus caras.
Los cadetes y motoqueros están en peligro de extinción. Lo que se libraba en un intercambio de palabras frente a un mostrador ahora se resuelve por redes. Ponés tu usuario y contraseña. Una tecnocracía sin medir consecuencias de la misma incomunicación. Los trayectos más largos se resolvieron en par de sonidos de las teclas. Desde Sydney puedo pagar las cuentas de Once en Argentina. Nos hicieron pomada los chips.
Por eso les hago repreguntas a quién me visita. Porque entiendo lo que se nos fue. Creo entender las pizzerias fuera del horario de turno. Ya no puedo tomarme esos privilegios por el mismo trabajo. Un horario full time nos dejó sin vida personal. Todos pendientes de las notificaciones.
Somos maquinitas estructuraditas que tienen un desliz el fin de semana. Se supone de placer. Lo que debería ser para un mensajero un momento de paz. Algunos no, se quedan después de hora en las oficinas por algo tan intangible como el ocio efímero de una oficina. Muchos creen que somos unos vagos levantando olor a culo desde nuestros sillones. Estoy ahí y no puedo entender. Eso, cuando cambio de canal cuando vino un jefe. Y me quedé, con el mismo miedo cuando cerraron los horarios de los bancos y te quedaste en el edificio hasta que acrediten.

viernes, 10 de junio de 2016

No te creo

Hago
resucitaciones,
aunque
me dieron asco
hacerlo.
Como alverse.
en otro
idioma
a los chicos
en tu almuerzo.
Sí,
hablar en otro
idioma
te hago.

Una lumbrí que pensó ser gusano.

Hay algo que me pasa cada vez que tomo conciencia de las limitaciones. No es solamente el hecho de llevar hasta las últimas consecuencias de las cosas. También estoy contemplando otras cosas que solamente se la llevarán mi memoria y mis olvidos cada vez más paulatinos. Cuestiones de la edad, quizá.
Hace tiempo que dejé de sacar fotos. No porque se volvió tan común sino porque no tiene tanto sentido para mí. Es como conciencia del ciego. Hubo períodos de sobre exposición de mi vida, mucho antes de la aparición de las redes sociales. Todos tuvimos una carpeta pública en el MSN. Teníamos plata en una época que sacarse una foto salía una fortuna para muchos. Ahora miro un poco para atrás y desde las redes puedo ver la vida de una persona qué desayunó, trabajó, pensó, comió, reflexionó, citó, salió, bailó, escribió hasta tarde, estudió y tantas cosas que me dan mucha vergüenza ajena en menos de 24 horas. Hace unos días me preguntaron si después de un fondo de ojo podía ver y contesté que hasta podía leer la letra chica. Eso sí es propio de mis limitaciones que se van acomodando dentro de mi propio conformismo. Me pasa con otros sentidos y con mi propia memoria. Podés pasar por un hecho estremecedor y lo tomás como un detalle y un minúsculo segundo se volvió una eternidad. Sorderas y otras... ¡Me olvidé cómo era! Como lecturas. Lo que te demandaba antes menos tiempo para resolver en una página ahora sale por cuenta gotas para que esté todo cocinadito como escritura acorde a los tiempos que corren. Un espíritu de microondas. Ni hablemos de relaciones.
Ayer comenté en mi familia cuánto vivirá mi mascota. Con los cálculos aproximados ya vivió un tercio de su vida y dije que sus cenizas van a ser guardadas hasta que se mezclen con las mías. Pareció exagerado, pero mientras lo iba diciendo iba pensando en la conciencia de mi propia muerte antes que pase mi tercio. Un sudor frío corrió por la mesa familiar. La de mi cabeza que cada vez se va apagando de a poco. He tenido otros agujeros negros en mi vida, que con cada blog que voy dejando en las redes se van rezumbando. Lo que creía volví a desconfiarlo y RECALCULANDO.
Es como una obsesión que no se apaga, que algunos se la toman en serio y otros no tanto como la vida de los otros. ¿Será el sol que nos hace mal?

viernes, 3 de junio de 2016

Un viernes sacó toda descripción.

Obsesiones que no percatás. Olores nauseabundos, y sin embargo, los pasás. Sudores, un vino picado de una semana siguiente, como un saco usado. Muy glitter. Si esos olores se juntan se encuentran en el subterráneo. Un lugar, con audiciones todos los días. Mi carpeta personal la borré en estos días y puse algo nacional. No me gustó y puse un wonder. Si viviese mi sueño.
Cuando bajé del subte, subí las escaleras mecánicas y puse los grandes éxitos de Björk. Un disco muy accesible y con la memoria de lo que recorro ahora como un pasado. Salí del subterráneo y empecé a caminar por la calle Florida, concurrida para cualquier turista como para un simple en Buenos Aires. Ciudadano e inclusive trabajador. Hacía frío, mi garganta me pidió protección frente al frío y puse play.
Empecé por un banco que se llamaba la Banca Nationale del Lavoro cuando era cadete. Hoy es HSBC. Me puse a mi izquierda porque el sol daba mi paso a seguir. Se me ocultaban los ojos frente a tanta luz de un otoño-invierno más que anticipado. Albinos con placer frente a la luz, como oficinista. Las plantas estaban con sus mangueras estratégimante puestas para que den la humedad para una naturaleza bien ignorada. Un pulmón artificial suministrado por caños de plástico para darle agua necesaria. El sol me pegaba como en las montañas. Sin llegar a la cumbre. Y nos detuvimos en la calle Corrientes.
Ropa deportiva, empresarios yuppies y vendedores de medias e ignotos esperábamos a que cambie de color el semáforo. Algunos en silencio mirando los visores de los celulares. Otros a los gritos para calentar otras falanges. Algunos, como yo, hacíamos tiempo como los muertos sin ir a los shoppings con los auriculares. Cambió para verde la personita. Cruzamos.
La compilación de Björk me llevó a otras llanuras, sin tantas plantas. Me puse sus raros peinados nuevos para su tiempo. Ahora son dos lápices con un rodete que se representa en una geisha. Empecé a ver el caminar de las mujeres de mi ciudad. Traté de ver sus cadencias, sus diferencias. Apliqué los modelos de las modelos para que nos vean los culos. Es inútil si llevás un abrigo con este frio. Endulzamos sin que nos vean.
Llegué a Córdoba y fui camino a mi trabajo.
No tengo mi memoria para el rock nacional y con mis pendrives no alcanzaban para llenarlo. Sin suspiro, negué fuerte con mi cabeza a la vista de todos y bajé por el lado del CEMA. Promocionan economía, marketing y administración de empresas. A mi edad y ganas, quedan muy lindos como vitrinas. Vistas y visitadas. Como una vida sin mí.
Hoy no cobré y hay que arreglarse con el almuerzo. Me fui al chino por kilo. Mezclé frituras, era viernes. Puse patitas de pollo y papas fritas. Regué los pollitos con limón concentrado. Pagué y me fui a la oficina y me senté frente a la computadora. Todavía no tengo red. Uso la pc de la supervisora de la mañana. Por error dejó su sesión abierta y vi mis búsquedas a través de ella. Menos mal que no comenté nada, como un acto paranoide. Cerré e inicié con mi sesión.
Abrí el paquete de las patitas, aunque se doblaba el plástico del envase. En comunicación, es claro que no se usa lo que necesitás. Nos bloquearon el Facebook. Mi compañera no llegó.

sábado, 28 de mayo de 2016

Caretas of cards.

Sé que soy lindo para muchas personas pero, sin embargo, sabemos que no lo resolvemos todo. Hay como un andamiaje que todo lo que brilla es oro. Los nudos de la corbata también tienen otra vuelta antes de llegar a destino.
Vengo de ver una obra que estéticamente estaba extraordinaria (luces, escenografía y banda de sonido) pero, pese al lustro, el lindo que debía brillar se quedó en que solo era lindo para su lugar. Los actores, como grupo se destacaron., Y él, no era un extra, opacó el estado general de las cosas. No brilló, sea por decisión de la dirección o qué, pero me dejó con ganas de no verme al espejo. Surfeó demasiado, en palabras de Francisco Lumerman. Un galán con todas las medallas que no se metió al agua.
En la incomodidad de sacarse el "vean lo lindo que soy" salió cuando se calló la boca, cuando todos jugaban. Y él, estaba callado, con el aparato protector del bruxismo. Ahí fue protagonista, al lado del juego que nos atraía a todos. Una incomodidad buscada y lograda.
Lindo en escena es cuando se ponen en juego otras cosas. Estamos en tiempos que todo es estéticamente pensable y lo pensable irá para otro momento de la vida.
Prefiero lejos la estética de un inconformismo. Pero no la berreteada del artista apesadumbrado. Sino el artista que defienda ese estatus de conflicto para un repensar cuando lo hagas. Afuera de la pizza después de la función.

viernes, 27 de mayo de 2016

Endogamia [Sin Atlantis]

Tiré
cuatro cartas.
Siempre
me salieron
las mismas.
Busqué
una
fuera
desde
el mazo
y salió otra.
Como los continentes.

martes, 24 de mayo de 2016

[Match]

Confundo las voces. Me pasó con Billy Corgan cuando cantó Disarm con la voz de Jagger y  me pasa con James Blunt con Rod Stewart. Confundo los timbres. No tiene ningún mensaje subliminal. Me pierdo en esos gorgoteos que salen de la gola, como frase repetida.
Me cuesta escuchar la radio en estos tiempos. No por las limitaciones, sino porque no es tan fácil querer escuchar una radio en estos tiempos. Sea porque los aparatos ya no traen radio, los streamings, no hay aplicación para este artefacto y la falta de conexión. Pongamos más desinformacion a la cosa.
En mi casa se escucha mucha radio. Creo que hay un aparato prendido antes que un de fin de año. Dial tragedia, con algún muerto y algún suertudo que puede contarlo para un guion. Es una manía que nunca tuve antes de irme a dormir. Escucharla .En casa tenía todo, y sin embargo, caí en la música. Otro estadío. Podés poner la televisión enfrente de la radio e intercomunicadas, te pueden dar una ficción. Lo pruebo como clases de aritmética y debo haber perdido entre los gráficos de geometría como sonidista.
Los gajes del oficio comunicacional te inmunizan frente a lo que puede ser una elocuente o sabia decisión a la hora de darle flash a una cosa. El teatro te inmuniza, dicen. No lo creo, sino sería prohibida. A muchos no nos gustan lo que escuchamos y vemos, menos sentir. Eso dirían. Bancarse una función.
Esta semana me quedé con el hinchita de Racing Club de Avellaneda que le faltaba una pierna, y como se iba Milito, le dejó el bastón a su amigo para que vea su despedida. Me enteré que al mundo Racing es una moneda común. Como amargos, dicen.
Muchos nos ponemos la camiseta y nos prendemos fuego antes de salir a la cancha. Como un antes de irte de vacaciones. El tema es que quedan esos todos minutos del partido restante, quizá de por vida.
Házlo, lúcete y si te morís, hacelo con gloria. Incomodan los primeros minutos.
Mi voz siempre se confunde, pese a la oratoria, cuando escucho algunas bandas sin timón.

domingo, 22 de mayo de 2016

Hoy nos vistió Vivi

"Te hicieron la cama".
fue la primera frase.
Te golpean
como adjudicatario
de lo que se supone
que es su malo.
Hago oídos sordos,
aunque medicados.
Nos simplifican
como carteristas,
de estación.
Nadie dice
como te arroparon mejor.

viernes, 20 de mayo de 2016

Ojalá estuviese de perillas.

No podemos ser ajenos a las redes sociales y a los recuerdos. Ahora, sin editores mediados, cosas que nos memorizan, nos explotan como granadas. Un posteo, editado y equilibrado, nos cuentan los estados de ánimo que quizá realmente estuvimos.
Hubo un tiempo que desafiaba a una pared. Como Leo García. Ahora nos amoldamos a una posición, supuestamente política, como cierta libertad neopopulista de mercado. Pasa todo lo contrario. Si esta tilde está bien. Si esta coma está bien. Muchos síes que nos salen. Sin chiste como payaso de turno.
En el teatro aprendí muchas cosas. Creo que si no fuese por esa puerta abierta hoy no estaría escribiendo. No por lo autorreferencial del texto, sino que estoy aprendiendo a soportar un poco mejor la vida. Disfrutarla es una cuestión de principios y tiempos. Cada vez que veo a un artista callejero, en sus ropas y su espíritu de juventud, más allá de la producción que logran, me sacan los accesorios tecnológicos. Me quitan los auriculares del Peter Pan. Con el papel picado en el piso como lágrimas.
Hay mucha gente que apuesta por eso. De sostenerse y se mantienen entre sí como una cofradía. La paranoia mediática te pide que le pongas una cana más tuya por un auto de colección. Aunque no tenga aire acondicionado. Aunque no se consigan los repuestos. Aunque por un status sea.
Cada vez que pienso en función de qué escribo qué se me caen los mechones por la casa. Las noches centrifugadas por un despertador. Suena, pero no lo escuchás. ¿Lo apagaste o se apagó solo?
Una obra que no vi. Unos amigos que se callaron con el paso del tiempo. Una pared llena de humedad que nos acompaña por cada lugar que nos mudamos. Creo que hoy, más que nunca, un deseo será por disfrutar. Todos esos momentos.

E

miércoles, 18 de mayo de 2016

Un reemplazo de mí.

Hace un año que convivo con un persona que escribí como personaje años atrás. No es precisamente igual como la imaginé, pero tiene muchas cualidades juntas. Cada vez que la veo parpadeo ante una materialización de una dimensión. Sin Sai Baba.
De alguna manera, cuando concebí al personaje sin la persona concreta amalgamé a muchas personas de mi alrededor. Hoy esa persona convive conmigo. Con sus nombres compuestos, colores, estudios y trabajos. Hasta en su fisonomía y convivencias.Y no la estoy viendo por televisión ni por el teatro. Tampoco por Internet.
Ella, muchas veces razona de maneras misteriosas, como que puede leer mi forma de ser. Me pregunta y se ríe quizá de lo que fui. Tiene la green card para entrar en mi cabeza, como yo a veces me quedo en el permiso para entrar.
Con el tiempo, sigo vacilando. Pero consciente, quizá adrede. Tal vez como un remolino adentro de una historia que se desenvuelve en el paso de un río. Un polen que se nos disolvió antes de seguir escribiendo un relato de un diálogo nocturno. Sin estrellas en la constelación.