sábado, 28 de noviembre de 2015

Quedamos en 1 [Palabras más, palabras menos]

Vivimos un momento
Smashing panquequés.
Los demos
están saliendo
para el ojete.
Estoy haciendo
los peores covers
para una próxima
generación.
No me olvido
de cepillarlo
a Quiquito,
porque
con los sellos
nos vuelan
los rulos.
Qué dolor
cuando
no sabemos
nuestro manual
de operaciones.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Sin morder

"Grabá tus voces
borracho.
Vas a aprender
esos detalles
que salen
de tu voz
como les pasa
con el ruido
a tus críticos".

RB

jueves, 26 de noviembre de 2015

El sonido de un blíster cuando lo abrimos

Una vez dije que para leer a Pizarnik debíamos estar acompañados. Hoy creo que para sobrevivirnos necesitamos cucarachas, lost on the beach.

¿No te acordás que te bardeé en pedo por Facebook?

"Johnson estaba rememorando del modo en que lo hacen los viejos y me habían advertido de que hablaría acerca de los cyborg -esas personas que cruzaron velozmente la escena de los negocios a comienzos de este siglo XXI nuestro. Aun así, había tomado una buena comida a su cargo y estaba listo para escuchar.
Y, como sucedió, fue la primera palabra que salió de su boca.
-Los cyborg -dijo- no estaban regulados en aquellos días. Hoy en día, su empleo está tan controlado que nadie puede obtener ningún beneficio de ellos, pero hace un tiempo... Uno de ellos hizo a esta compañía el negocio de diez mil millones de dólares que ahora es. Yo lo elegí, ¿sabe?
-Me dijeron que no duraron mucho -dije.
-No en esos días. Se extinguieron. Cuando uno agrega microchips en puntos clave del sistema nervioso, luego, en diez años a lo sumo, el cableado se funde, por así decirlo. Luego se retiraron... -una pequeña laguna- conformes, ¿sabe?
-Me extraña que alguien se sometiera a eso.
-Bueno, los idealistas estaban horrorizados, por supuesto, y es por eso que llegó la regulación, pero no fue tan malo para los cyborg. Solo ciertas personas podían hacer uso de los microchips ­cerca del ochenta por ciento de ellos eran varones, por alguna razón- y, para el tiempo en que estuvieron activos, vivieron vidas de magnates navieros. Después de eso, siempre recibieron el mejor de los cuidados... no diferente del que recibían los atletas de primera línea, después de todo; diez años de vida joven activa, y luego el retiro.
Johnson sorbió de su trago.
-Un cyborg no-regulado podía influenciar las emociones de otras personas, ¿sabe?, si estaban bien instalados los chips y tenían talento. Podían emitir juicios sobre la base de lo que percibían en otras mentes y podían reforzar algunos de los juicios que estaban haciendo los competidores, o despertarlos para bien de la compañía local. No era injusto. Las otras compañías tenían a sus propios cyborg haciendo lo mismo -suspiró-. Ahora, ese tipo de cosas es ilegal. Es una pena.
-Escuché que esa ilegal colocación de chips sigue haciéndose -le dije, confidente.
Johnson gruñó.
-Sin comentario -dijo, y lo dejé pasar-. Pero incluso hace treinta años -continuó-, las cosas estaban todavía a la vista de todos. Nuestra compañía era solo un punto insignificante en la economía global, pero habíamos localizados dos cyborg que deseaban trabajar para nosotros.
-¿Dos? Nunca antes escuché eso.
Johnson me miró ladinamente.
-Sí, nosotros lo arreglamos. No es ampliamente conocido en el mundo exterior, pero devino en un reclutamiento inteligente y eso era ligeramente -sólo una pizca- ilegal., incluso entonces. Por supuesto, no pudimos contratarlos a los dos. Conseguir que dos cyborg trabajen juntos es imposible. Son como los grandes maestros de ajedrez, supongo. Póngalos en la misma habitación y automáticamente se desafiarán mutuamente. Competirían continuamente, cada uno intentando influir y confutar al otro. No se detendrían -realmente no podrían- y se fundirían el uno al otro en seis meses. Varias compañías lo averiguaron, a gran costo, cuando los cyborg entraron en operación.
-Puedo imaginarlo -murmuré.
-De modo que ya que no podíamos tener a los dos, y solo a uno, queríamos al más poderoso, obviamente, y eso solo podía ser determinado oponiendo el uno al otro, sin permitir que se arruinaran. Me dieron a mí ese trabajo, y estaba bastante claro que si escogía a uno que, al final, resultara inadecuado, también sería mi final.
-¿Cómo lo hizo, señor?
Sabía que había tenido éxito, por supuesto. Una persona no puede convertirse en el presidente del consejo de una firma de nivel mundial por nada.
-Tuve que improvisar -dijo Johnson-. Primero, investigué a cada uno por separado. Los dos eran conocidos por sus códigos, para decir la verdad. Es esos días, sus verdaderas identidades tenían que estar ocultas. Un cyborg que se supiera que era un cyborg era medio inútil. Ellos eran C-12 y F-71 en nuestros registros. Ambos estaban al final de los veinte. C-12 no tenía compromisos; F-17 estaba comprometido para casarse.
-¿Casarse? -dije, un poco sorprendido.
-Por cierto. Los cyborg son humanos, y los cyborg masculinos son muy buscados por las mujeres. Es seguro que serán ricos y, cuando se retiren, sus fortunas estarán habitualmente bajo el control de sus esposas. Es un buen partido para una joven... Entonces los puse juntos, con la novia de F-71. Deseaba ansiosamente que ella fuera guapa, y lo era. Encontrarme con ella fue casi un impacto físico para mí. Era la mujer más hermosa que hubiera visto jamás, alta, de ojos oscuros, con una figura maravillosa, y apenas algo más que una insinuación de ardiente sexualidad.
Johnson pareció perderse en sus pensamientos por un momento, luego continuó.
-Le digo que tuve la fuerte inclinación de ganar a la mujer para mí mismo pero no era posible que cualquiera que tuviera un cyborg lo transfiriera a un simple ejecutivo novel, que es lo que yo era en esos días. Transferirse ella misma a otro cyborg sería otra cosa... y pude ver que C-12 estaba tan afectado como yo. No le podía quitar los ojos de encima. De modo que permití que las cosas evolucionaran para ver quién terminaba con la joven.
-¿Y quién fue, señor? -pregunté.
-Llevó dos días de intenso conflicto mental. Cada uno debía haber consumido un mes de sus vidas laborales, pero la joven salió con C-12 como su nuevo novio.
-Ah, entonces usted escogió a C-12 como el cyborg de la firma.
Johnson me miró fijo con desdeño.
-¿Está loco? No hice tal cosa. Elegí a F-71, por supuesto. Ubicamos a C-12 en una pequeña subsidiaria nuestra. No sería bueno para nadie más, ya que le conocíamos, ¿sabe?
-Pero, ¿me perdí de algo? Si F-71 perdió a su novia, y C-12 la ganó... seguramente C-12 era superior.
-¿Lo era? Los cyborg no muestran emociones en casos como este; no emociones obvias. Es necesario para los propósitos comerciales que los cyborg escondan su poder, de modo que la cara de póquer es una necesidad profesional para ellos. Pero yo estaba observando muy de cerca -mi propio trabajo estaba en riesgo- y, cuando C-12 salió con la mujer, noté una pequeña sonrisa en los labios de F-71, y me pareció que había un brillo de victoria en sus ojos.
-Pero perdió a su novia.
-¿No se le ocurre que quería perderla y que no sería fácil disimular su entrega? Tuvo que trabajar sobre C-12 para que la quisiera, y sobre la mujer para que quisiera ser querida... y lo hizo. Ganó.
Pensé sobre el asunto.
-Pero, ¿cómo pudo estar seguro? Si la mujer era tan guapa como dijo que era... si estaba radiante de sexualidad, seguramente F-71 habría querido retenerla.
-Pero F-71 estaba haciendo que ella se viera deseable -dijo Johnson con tono grave-. Apuntó a C-12, por supuesto, pero con tanta fuerza que el exceso fue suficiente para afectarme drásticamente. Después de que todo pasara, y que C-12 se quedara con ella, no estuve más bajo la influencia y pude ver que había algo duro y podrido en ella... una especie de brillo egoísta y depredador en sus ojos. De modo que escogí a F-71 inmediatamente y fue todo lo que podíamos desear. La firma está ahora donde usted ve, y soy el presidente del consejo".

(Isaac Asimov "The Smile of the Chipper", 1988).

sábado, 21 de noviembre de 2015

ULTRA

Se comporta como perro. No dejó mi garantía. La nena me espera por cada vez que salgo. Aunque sea por su propia necesidad. Ella espera que vuelva.
Todos piensan que son independientes, pero ella por cada vez que salgo espera que yo vuelva.
Mi mamá le da de comer como un sustituto de mi papá, por decirlo de alguna manera. Mi gata siempre estuvo al lado de mi viejo. Y en sus peores momentos.
Hoy le acaricié el pecho, como me rasco como Tato Bores, después de una joda, en un departamento compartido. Ella es mi Mauricio, que me recuerda que la vida es otra y me resisto. Como le pasa a ella, nos pasa cada día en la calle.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Yácon

Un lugar en el mundo,
es poder seguir
y que el agua
dé sus frutos,
entre piedras
y cambios.
Aunque suene
como ringtone.

martes, 17 de noviembre de 2015

Los proyectos abandonados en la segunda hoja (Todo para ver)

Hay cosas anotadas. Con todo los bols encima. Escritos como un electrocardiograma. Hay muchas cosas inconexas que en cosas ya publicadas las estoy encontrando, ahora. Tendría que depurar porque se va en recálculos o peor, en cicatrices. Hay antecedentes.
¿Cómo lidiar con todo esto? Pfff. Como acomodar los papeles desordenados de años para que lleguen a bajarse sin estancarse con queso filadelfia. Un brainstorming lleno de nubazsonges. Aunque cambie o mejore los gustos, siempre caigo con el pendrive que repite más de lo mismo. El gaste.
Salud,

Alan G.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Fantino no es rubio

Llegó a la punta del iceberg.
Te hizo el pago por internet.
Buscó a los chicos.
Hizo las milanesas.
Te cogió como pudo.
Y aprendió a lavarse,
con jabones de niño.
Desconocido aunque,
¿Merece homenaje?
[Estamos pensando la próxima portada]

Avenida Colón.

"No le hagas bullying al turco porque qué, de qué, como sin como qué, y te lo llena de qué tomas y otras medidas como amenaza".
Telo cerró. Así.
(Simplificado lo canturreaba, mi papá. Allá.)

Un agædress

Un tipo escondido
con los pisos
llenos de pajas
pegadas
en el piso
y su abandono elegido.
Computadoras viejas
de fondo
como su teléfono fijo.
Y los llamados
sin saber
quiénes
ser.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Fantasía del anotador.

Cada uno tiene su ejecutable.
Como frase hecha o como quieras llamarlo.
A veces de noche
nos sacamos
los engranajes del cerebro
con líquidez
y después tratamos
de armarlo otra vez,
de día.
Y algunas piezas quedan sueltas.
Algunos las tiramos adentro
para que retumbe
en el motor
y milagrosamente
se ubique en algún lado.
También se te pueden
trabar todos los engranajes.
Generalmente pasa en segundos.
No lo hagan esto
en sus casas
con sus cuentas de Twitter.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Un silencio no es duda (Llamada de larga distancia)

Cuando salí del closet no quise culpar a nadie. Lo digo hoy. Algunos se hacen cargo como un registro del sistema operativo. Ninguno estuvo en la primera vez. Como hoy.
Nunca estuve con las transformistas ni con los híbridos que me arengaron en los boliches gay. A veces con gran tristeza llamé la atención como una hormiga en la multitud.
Hoy mientras pasaba en la Marcha del Orgullo Gay de Buenos Aires hice un gesto. No llevaba anteojos y fuimos el linterna verde.
Sonreí desde el subte en Plaza de Mayo hasta Puán.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Tester de Violencia.

"Antes de todo era igual. Cuando se concibieron las cosas que me iban sucediendo, las ambigüedades estuvieron presentes. Lo que no me gustaba me terminaron fanatizando. Con el tiempo esos gustos tuvieron sus mesetas. Se me volvieron un poco más como testigos que para una puesta en escena.
Los químicos me ayudaron un tanto, no lo puedo negar. Algunos necesitan levantarse con música eufórica, una copa o mirarse una porno para bancársela. Los días a días. Como escuchar The Doors a través de los Cure o Led Zeppelin con Duran Duran. Cerati lo hizo con Spinetta en mí. Calamaro y el Indio siguen juntos. Algunos medios llevan a otras trayectorias. Sin fin. Tomo pastillas para ocultar el trasfondo sin sueños.
Hace unos días me armé un playlist de música que me bombardee el corazón para seguir una experiencia repetida por un mismo lugar que cambia cada vez que escucho en otro instante otro momento, una historia repetida, un rito sin comulgar, una relación sin vernos por así y nos dejaron sin agua por trabajos en el barrio.
Hay de todo, desde el antes, ahora y sin el lo que vendrá. Un loquero maravilloso para un policia de tránsito. Músicas para bracearla con los sonidos sin aguas en el porvenir. Un vacío para llenar los pulmones sin que se te pinchen y se te copien como redondeles. Quizá un estigma por resolver.
Cuando salí de mi curso, me acuerdo que una profe estaba en sus lecturas hablando de mitos del Sísifo que motivaron a muchos existencialistas. A fin de año, me dejó ver el backstage y arengó a mis viejos compañeros: "Actuen, ya sabemos que el mundo es una mierda. Disfrutenlo". Hubo mucho trabajo para sacar lo sucio que surgió de las improvisaciones que pude llegar a ver. Nunca se los devolví como espectador. 
-¿Como venganza?
- No. Como es para algunos el showbiz.- Le respondió.

lunes, 2 de noviembre de 2015

11:11 Coral

Desperté a las cinco de la mañana en medio de un sueño que se borró como las marcas de las tizas en un pizarrón. Quedaron restos de polvos que no se conectan entre las  vetas sobre la superficie. Me restregué los ojos para ver mensajes en el celular. Notificaciones, ninguna.
La noche se había puesto dura por la falta de energía eléctrica y el cansancio que creció con los calores nocturnos. Pero creo que fue una excusa para que salgan las faltas, aquellas sin pensar, se fueron llenando en la bolsa sin fondo de vínculos. Lo que la televisión y otros medios no nos lo pueden tapar.  Lo que ella puso hasta que punto. Lo que hizo él hasta este punto. La degradación de una relación que tuvo sus frutos y no encontraron la manera de resolver diferencias, que incluso en estos tiempos, se hicieron oídos sordos. Mientras enumeraba en la búsqueda de un abogado que defendiese imposiciones, la tontería de un abanico sobre el diario y los silencios. Los hombros se levantaron sin respuesta.
Una cena entre las velas con una carne rica y tierna que las devorábamos sin disfrutar. Buscar el salvoconducto de terminar la cena para buscar el detergente para quitar la mugre,  miserias que se llenaban con las sobras en los tachos de la basura. Lavar, lavar las cosas para ver si en algún momento dejen de aparecer ese futuro que se hace presente. La indiferencia nos está matando. Preferí toda mi vida una posición condescendiente que viene de adentro, también de afuera y nos carcome el carácter para decir un “basta por favor”.
Me acosté lleno de sudor en la oscuridad con el ventilador encendido adrede a la espera de algún milagro nocturno. Me acordé en silencio que en el día me habían aconsejado tener una pareja, alguien con quien compartir cosas sin tanta síntesis química y la vagancia en tomar iniciativas. “Estás en edad de merecer” mientras pensaba  que todos tus patrones de acción te observan para buscar los restos de los vicios que se supone sobrellevás en estos últimos tiempos. Las seudonecesidades, un elíxir lleno de humo con sonidos de una radio natural que tarareo por las noches. Trato de armonizar un escape antes de irme a dormir. Apreté la descarga del baño y me acosté . Mi sueño llegó nunca anunciado.
A las cinco, el ventilador se encendió y por lo mínimo que parezca, hay pequeñas cosas que te pueden hacer feliz. Conformismos que nos apalean la ambición pero con el tiempo son aquellos que te mantienen despierto para buscarle una vuelta de tuerca. Eso, con los matices de un dibujo, que en nuestra imaginación idealizamos y a la hora de un buen día sonriente, todavía les gruñimos.