Creí que
me leía
la mente,
con mi
información
personal
y de mi
entorno.Le puse
más fuego.
Otra vez.
Me fui
de los círculos,
y empecé
a pensar
desde la vereda
de enfrente.
Andaba
por Chirimay.
Otra vez.
Del cumple
de Camilo
volví
al depósito
de sueños perdidos
que estaba
ordenadito
y lo puse
espiritualmente
al señor Primavera.
Otra vez.
Me llevaron
como a
Say No More
pero sin camilla.
Dije que ahí
no vuelvo más
arriba del auto.
Estaba
la sonidista
atrás.
Otra vez.
Después
me arrepentí
porque
quise volver
y
por decisión política,
sin preámbulos,
me dijeron
que no.
Otra vez.
Me encargué
de renombrar
a Neptuno
para que
la condena
fuera
menos dolorosa.
Ese ya
no era él.
Se fue transformando
hasta dejar
de hacer
sus marcas
registradas.
Otra vez.
Cambiarle
el sentido
a la batalla
perdida,
como
a los locos
del anarquista.
Otra vez.
Hoy
me desperté
de un sueño
en una
vida paralela.
Como padre
de niñas
que festejaban
sus cumpleaños.
Con un tul,
pos claro,
sobre
los shorts verdes
en el campito
del club.
Parecía
un crimen mental.
Habrá que
buscar
la sortija.
Casi
como
al principio.
me leía
la mente,
con mi
información
personal
y de mi
entorno.
