lunes, 16 de diciembre de 2019

Relato de un tibio III (Te dejo dos envases mix)

Hola, soy Naza otra vez. Esta vez aparezco como parte de la saga de las nubes rosas. Y algunas cosas ya las fui contando en otros episodios. Le digo episodios porque también viene con algún brote colorín, colorado, este pibe se ha ido al pasto. Ya tantas veces morí, nunca me pude ir. Puede ser una reencarnación de un clima.
El tema es que siempre me olvido de las cosas, cuando se me cuela la idea que alguien que tenía problemas de drogas pudo haber coincidido en las viejas pastillas que yo consumía y pensaba que yo tenía sus problemitas. Y no. El chico tenía un bardo con muchas aspiraciones. Bah, trato de no meterme en esos bretes. Para eso tengo brotes. Porque se me cuelan las fascinaciones por la experimentación. Drogas... ¿Para qué?
Me acuerdo de chico haber probado pastillas de mi vieja. Eran Alplax o algo así. Y casi me desmayo en la calle. Ahora casi que dependo de ellas. El modo Elvis. No sé muy bien porqué sucedió pero sí me acuerdo que fue en un periodo en caída libre en una situación complicada en el trabajo, en la escuela de teatro de la época y la terapia que llevaba. Los ataques de pánico y una fuerte paranoia canábica. Era un remolino de cosas que fui viviendo y cómo no sabía hacia dónde iba mi destino cuando salí del clóset (sin forzar, aunque fue bastante categórica mi terapeuta) en algún momento creé un mundo donde habían elementos energéticos como en las películas de Star Wars mezclado con algo mesiánico con la gente que me cruzaba en la calle. Y el beso de la mujer araña de Manuel Puig. Todo esto regado con alcohol. Era una combinación mortal. Incluso casi no comía y vivía una ficción. Para un afuera era una cosa y puertas adentro, otra. Como ahora. Hubo un fin de semana que quise curar todas esas heridas eliminando mi ingesta de cerveza. Y fue casi como un delirium tremens.
De vez en cuando me quedo mirando cuando titilan las luces de la oficina, como un mensaje del más allá. Por eso Ricardo me codea cuando lo hago y me dice: "Sos el fundamentalista de la pelotudez".
Casualidades.

Mornings Eleven by The Magic Numbers

PD: "No solo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde el comienzo; algunos siguen hasta hoy. ¡Gracias... Totales!"