viernes, 24 de mayo de 2019

Las aventuras del gordo peterete V

El choto fantaseaba con las apariciones de las publicaciones que él hacía por Internet. Los años de paranoia despertaban su atención. Alemania, Estados Unidos, Irlanda. A veces Ucrania, también Emiratos Árabes Unidos. Indonesia y Singapur,  esos países cercanos a Australia. Donde alguna vez pudo haber transmitido una radio que emitía las fantasías del gordo. Y mutaban los sistemas operativos, como los links a sitios porno con micro urls polacos, esquivando los virus. Su computadora se volvió un caldo de cultivos para un zoológico exclusivo de distintos zorros navegantes, como le pasan a los humos y a la nieve. Los tipos.
Desde esa panza flácida de cerveza ya no sabía y rumeaba sobre todos los rumores. Con la Coca-Cola liiiii y los cigarrillos. Y el tiempo lo cansó como se fue dando cuenta. Empezó a verse las arrugas prematuras de la relajación. Que era una mera ilusión y se repetían los patrones. Dejó todo en random. Tampoco habían conexiones para que se sostenga una ilación lógica para tener un voyeur detrás de sus globos oculares. Un liliputiense que busca otra  nueva conexión. Una conexión que saca a la otra. Como los clavos.
Lo atrasado y lo pospuesto lo dejó todo en una trinchera atiborrada de libros e instrumentos. Con los cuadernos incompletos llenos de humedad.
Salió a la calle en busca del silencio que en su cabeza ya no tiene lugar de pertenencia.

Hoy el choto ya ni se calienta ni se le hormiguean las manos. Aún cuando se le presenta otra nueva oportunidad para hacer un borrón y cuenta nueva.

"¡Ya no hay Portugal, ya no hay Portugal!" le avisó esa voz interior.

Pasajera en trance de Charly García Unplugged


PD: "El avión se va, recuerdos del futuro juntos..."