domingo, 7 de abril de 2019

Cuando me desperté, el nene seguía durmiendo.

En las aguas turbias de un acuario rancio por los humos que priman en la caldera cerebral, apareció un jerarca que vivía en zona norte y se lo llevaron cuando abrió la puerta.
Las personas comentaban cómo se lo llevaron. Administrativo, burocrático, y escondido por genocida durante la Segunda Guerra. Vivía como uno más entre nosotros. El vecino alemán que está a la vuelta y te esquivó frente al verdulero.


Sueños, cosas que no nos animamos a enfrentar, dicen.