En las aguas turbias de un acuario rancio por los humos que priman en la caldera cerebral, apareció un jerarca que vivía en zona norte y se lo llevaron cuando abrió la puerta.
Las personas comentaban cómo se lo llevaron. Administrativo, burocrático, y escondido por genocida durante la Segunda Guerra. Vivía como uno más entre nosotros. El vecino alemán que está a la vuelta y te esquivó frente al verdulero.
Sueños, cosas que no nos animamos a enfrentar, dicen.