miércoles, 26 de diciembre de 2018

Chistes de velorios


Se están muriendo los padres y madres de mis amigos. Como mi papá. Y me asusto cuando mi vieja se enferma. Sé que no me puedo hacer el gil. El desamparo de grande, aunque no lo creamos, se vuelve enorme. Nos mal acostumbramos a que los padres no se tomen vacaciones.
Y con mis amigos la estamos afrontando de otra manera. Será que la muerte nos avisó antes de un amanecer con un amigo que espichó en un accidente de tránsito. Y viste que con los accidentes no te avisa nadie. Si tenés alguna enfermedad terminal algo se huele antes que algo puede salir mal.  Este blog no tiene este dominio por él. Eso. Fui de los primeros en enterarme y quizá me afectó tanto  porque lo tenía muy cercano sobre lo que significaba para esos tiempos el porvenir. Y no estoy hablando de fútbol. Puedo ser alguna viuda de un rockero que no llegó a  clasificarse. Un adolescente que buscaba salir de los bardos familiares y tenía una linda oportunidad de trabajo cuando el futuro sonreía en medio de la crisis más grandes que tenía el país. Y un talento sin igual del oído absoluto. Esas heridas que con el paso del tiempo a veces me brotan de lágrimas. 

La autorreferencial pasaba por aquí: No soy de esos. O sí. Morbos. Sé que te puedo clavar un chiste que tiene que ser explicado por un decodificador de influencers que pasaron por un focus group con todos los participantes empepados para que se entienda simplemente:


"¿Qué te pasó? ¿Qué te hicieron? Quién te hizo daño?"


Pese a todo, todavía tengo algunos momentos para extrañarla. Cuando el sodero siempre toca a las 9.


Girl Gone Wild by Madonna

PD: "Buenas. Soy la hija del verdulero y la ama de casa"  (-1/4/2012-)