miércoles, 3 de marzo de 2021

Puntos de Inflexión (Está Usted Aquí Mix)

¡Qué locura!
Sí, en un principio era como una montaña rusa que iba subiendo hasta caer en el 2013 con la sinceridad que sentí en ese momento. Me presentaron un perfil de alguien que escribía incoherencias para mi universo de posibilidades. La profesex. Analicé sus escritos y sentí un paralelismo, como que hablaba de mí en mis pedos reales y virtuales, en las veces que falté a clases como al trabajo, de no opinar sobre obras de teatro, sobre el entorno que tenía, del asunto del señor Cobos. Relacionaba todo como dicen: "Todo tiene que ver con todo" hasta llegar al paroxismo. Como una sinfonía.
Esos fantasmas los que empecé a enfrentar me llevaron a perder primero a mis amigos, después responsabilicé a una compañia teatral que creía que me hacía daño, que me hablaban a través de las redes sociales y terminé teniendo alucinaciones que me llevaron a estar hipermedicado. Y como broche de oro dejé de vivir solo, como una gran sutileza. Stress, esa debe ser la gran duda.
Quizás trabajar me ayudó a salir del circulo vicioso que yo mismo había inventado en mi cabeza, también necesité pinchar el globo del ego. Cada vez que veo videos viejos de Charly García me causan un poco de gracia. Anduve quemado así. No ando con el vaso de whisky, como tampoco pinté mi biblioteca como creyeron algunos. Era de segunda mano. Alguien hablaba de Charlie, Alejo y un montón de personajes a los que le busqué espejos dentro de mi ser. Después leí visitas "raras" a ciertas publicaciones mías sin motores de búsqueda. Miraba las horas para ver los números de la quiniela como una especie de numerología de bajo presupuesto. La cantidad de energía perdida y horas sin dormir en esas cuentas del demonio. Imposible.
Los achaques vinieron después. El cuerpo te pasa facturas y todo lo que podía hacer se volvió más dificil. Esto ya se contó antes. Los análisis empezaron a hablar de las consecuencias de estar a mil con todo lo que se presente. Un pará fanático. Y el trabajo también nos agotó los nervios. Todas esas elucubraciones empezaron a desaparecer. Ya no aparecen como las casualidades. Si andaba con una bolsa negra para sacar la basura no son los óbitos que salieron en los medios como un mensaje intimidatorio. O si anduve en bicicleta y al rato me avisan que un ciclista murió debajo de un tren en Adrogué por imprudente. Antes ligaba todo, no se podría vivir de esa manera. Como la combinación de un aleph clase B. Aunque siento que debo aclarar que fue un error tan grande el de la profesora de La Matanza que... por un lado necesito seguir adelante y ante los errores necesito repararlos en el presente, como dicen los analistas. También en el error descubrí cierta sinceridad encorsetada que giraba alrededor mío. Un juego eléctrico.
Esta semana estuve leyendo a Poe para ayudar a mi sobrino con sus exámenes. ¿Grande Poe? Sinceramente me da terror el terror. Cuando leí Misery de Stephen King tuve que pasar rápido por las escenas de violencia. De adolescente he leído terror. Sobre Freddie Krueguer. Dejé de pensar que alguien se comunicaba entre los sueños, también abandoné ciertos mensajes proféticos. Quizás lo que sí me pasó es que escribí hace más de 20 años la historia de un rockero que terminaba viviendo en la calle. Anduvimos cerca, en la ficción teatral y actualmente vivo en un techo ajeno. La autonomía que se perdió al transgredir las reglas. Ciertos elementos del teatro. Ahora no me banco ni un bacanal.
Tener la conciencia de la finitud ante los embates. Hay batallas que se perdieron y estoy en tiempos de levantar los pedazos que quedaron desperdigados por ahí. No encontraba sus malditas piernas
Este último tiempo estuve remixando algunas cosas relatadas en poesías, microboludeces que se me ocurrieron. A veces la autoficción te lleva a lugares que te golpean y parece que nos estamos autoagrediendo. Hay canciones que escucho y se me abren las heridas... como cuando pongo Warheads de Extreme. El recuerdo del afiche de Frankestein con el playmobil de gorrito. Ya es al cuete que me acuerde. Sentí que alguien se zarpó conmigo y el tiempo me está diciendo que el se sobrepasó fui yo mismo. El adolescente que nunca le pidió disculpas a la profesora de francés, ¡Muriel! Es medio raro hacer una autobiografía con la cabeza que anda como un viejo televisor fuera de sintonía.
Habrá que hacerse cargo de los subtextos que anduvieron por ahí, los que sentí que salían como un zapatillazo desde un escenario o en alguna ficción.

Y de los silencios repentinos.

Pop Trash Movie by Duran Duran

PD: "¿Locura? Hay más personas que se llenan la boca repitiendo como loritos sin indagar lo que afirman".