viernes, 6 de noviembre de 2015

Tester de Violencia.

"Antes de todo era igual. Cuando se concibieron las cosas que me iban sucediendo, las ambigüedades estuvieron presentes. Lo que no me gustaba me terminaron fanatizando. Con el tiempo esos gustos tuvieron sus mesetas. Se me volvieron un poco más como testigos que para una puesta en escena.
Los químicos me ayudaron un tanto, no lo puedo negar. Algunos necesitan levantarse con música eufórica, una copa o mirarse una porno para bancársela. Los días a días. Como escuchar The Doors a través de los Cure o Led Zeppelin con Duran Duran. Cerati lo hizo con Spinetta en mí. Calamaro y el Indio siguen juntos. Algunos medios llevan a otras trayectorias. Sin fin. Tomo pastillas para ocultar el trasfondo sin sueños.
Hace unos días me armé un playlist de música que me bombardee el corazón para seguir una experiencia repetida por un mismo lugar que cambia cada vez que escucho en otro instante otro momento, una historia repetida, un rito sin comulgar, una relación sin vernos por así y nos dejaron sin agua por trabajos en el barrio.
Hay de todo, desde el antes, ahora y sin el lo que vendrá. Un loquero maravilloso para un policia de tránsito. Músicas para bracearla con los sonidos sin aguas en el porvenir. Un vacío para llenar los pulmones sin que se te pinchen y se te copien como redondeles. Quizá un estigma por resolver.
Cuando salí de mi curso, me acuerdo que una profe estaba en sus lecturas hablando de mitos del Sísifo que motivaron a muchos existencialistas. A fin de año, me dejó ver el backstage y arengó a mis viejos compañeros: "Actuen, ya sabemos que el mundo es una mierda. Disfrutenlo". Hubo mucho trabajo para sacar lo sucio que surgió de las improvisaciones que pude llegar a ver. Nunca se los devolví como espectador. 
-¿Como venganza?
- No. Como es para algunos el showbiz.- Le respondió.