viernes, 7 de julio de 2017

Un sentimiento

El vacío que empecé a vivir. De alguna manera busqué alternativas para separarme de todo, y sin embargo, tengo esas visitas indeseadas. Los rusos como el hormigueo en mis manos se olvidó que estamos perdiendo. Es un mito urbano en mi cuerpo. Nash no tuvo esos lujos.
Me quedé en el trabajo porque la convivencia es insostenible. Las diferencias que estamos teniendo vuelve por lo menos una hora de vivir en un mismo techo en una separación generacional. Formas de encarar la vida. Puedo ser muy aburrido, y diciendo la verdad, me gusta. La pesadez del sentido común.
Hay cosas que quiero cambiar. Eso no lo puedo negar. Acostarme temprano para levantarme más temprano. Las pastis no me dejan demasiado margen para vivir como los demás. Ocupar los tiempos para no estar más con ella. Encontrarle el yeite para no ver. Ocupaciones varias.
Quizás tuve ideas persecutorias, pero cada vez que releo los textos empiezo a ver un poco más ajenas las cosas. Lo autorreferencial ya te la debo.
Se supone que por los cálculos este año me muero. Puede pasar, por eso escribo. Creo que desde hace años. Y como no pasa, me aburro emborrachándome de mi propia pereza. Escribí para llamarle a alguien la atención. Como un lugar incómodo, que hacen un cadaver exquisito que nadie sabe a dónde responder.
Un hábito que me desmoronó mucho hasta perderlo todo. Amigos, casa y privacidad. En esa orden, como un desafío.
Me ganó, a la hora de escribir.