sábado, 10 de diciembre de 2016

Todo lo que no llegamos a casa.

Borraría toda la memoria de mi computadora. Tenía una japonesa que no hacía las tildes y se quedó sin batería. Tendría todo lo que escribía cuando vivía en Boedo. Incluso cuando estuve en rehabilitación. Mentira.
Usé las plantillas de blogger para escribir. Una desnudez que leo hoy. Posiciones ideológicas que no puedo sostener. Camuflo en terapia pero mi escritura me delató. Incluso novias.
Alguna vez pensé que era el actor de una obra que no sabía que era lindo. La belleza es subjetiva. Y los encontré en calles como en las cabinas. Con mis viejos vinagres. Algunos quisieron profundizarnos y nos fuimos como un taxi.
La melancolía son esos transportes que no supimos llevar. Como una Sofía de nuestra imaginación. En los cuadernos.