jueves, 22 de diciembre de 2016

Busco sin querer encontrarte y aparecés igual.

Pasó el tiempo como una frase trillada cada vez que pienso sobre mis recuerdos. Traté y trato de comprender un tiempo plagado de errores personales a la hora de encarar vínculos con el mundo. No es fácil porque pasaron hechos en mi vida que me han marcado de alguna manera y me cuesta volver a sentirme bien. Digamos un poco más normal. La procesión va por dentro. Una persecución interna, cada vez más mía. Un mal predictivo a la hora de expresar.
No puedo vivir en sumas de placer porque mi vida se volvería efímera. Me moriría y cada vez que trato de llevarlo a cabo me asusto con mis propios demonios. Tengo los sentimientos apagados y fuerzo las emociones. No me parece algo leal para nadie. Quizá el pensamiento en soledad encerrado en mi casa me dejó en un torrente neurótico de nunca empezar. Un duelo que quizá no supe manejar.
Algunas actividades me están acompañando más que las personas. No quiero chocarme las copas con cada una de mis manos. Algo pasó en el medio.
Lo otro que perdí como atención en un terreno virgen.