sábado, 2 de julio de 2016

Un amigo.

Es raro despertarte y no podés conseguir lo que te falta.  Una boludez, la sexta cuerda de la guitarra se me rompió apenas la cambié al afinarla y en general las casas de música que las venden abren más tarde o no abren, según la zona, los fines de semana. Mi guitarra principal está teniendo muchos problemas desde hace años.
Desde que un idiota que la golpeó completamente borracho hasta que se oxidaron los encordados y los trastes por la exposición. Algunos acabados de la tapa están perdiendo coloración y no quiero pensar en la batería que alimenta a los ecualizadores. He arruinado otra guitarra negra como niño con el destornillador para ver que hay adentro. Está en su ataúd, con muy lindos recuerdos, a pesar del desarme.
Estoy usando una guitarra española de media caja pero tengo un problema. No tiene conexión para grabar en línea. Sin cables. Para los demos tengo que quedarme hasta muy tarde o muy temprano para que las voces de la casa no atraviesen su acento con la cercanía de las avenidas. En esos momentos el silencio se traduce con el sonido del gas de un piloto de una estufa.
En el mientras tanto, saco y escribo los esbozos en un cuaderno sobre las bases robadas de unas semillas de unos torrents de Islandia.