domingo, 26 de junio de 2016

Una docena me hace un cuanto lo siento.

Un tipo me hizo llorar, aunque no lo sienta. La perplejidad de muchas cosas que no nos salen. Un bandoneón que se teclea solo frente a la humanidad de lo que viene. Los violines se hicieron sin trastes. Un fraseo fugaz. Un encuentro fallado pero atonado. Un suspiro por un pudo ser.
La vigilia te espera como la amistad. Aunque un día no tenga nombre. Como las horas que nos hicieron escribirnos como una descripción sobre el fenómeno. La quietud de la voracidad en el sillón. Lo que se perdió. Encerrado por un mundo mejor. Un libro leído sin marcar son tantos. Un cuchillo sin filo para tu audiencia. Ojalá una risa sin marcar. Lo que leía y no sé.