miércoles, 17 de diciembre de 2014

Una parte de la euforia

Ahora entiendo
la sensación
del señor.
Pasan
como
le pasan.
Algo dejó
lo fragmentario
y se hizo carne.
Nadie lo provoca.
Se puso
apoyado
en una barra.
Viajaron
kilómetros,
y se acercaron.
Incomoda
cada vez
que sucede.
Es un disfraz
de piel humana
que ya no muerde.
Lo ofensivo
de lo lascivo
es que
cree
que ya
no se aprovecha.