martes, 21 de octubre de 2014

Paralelismos

Corre bajo la lluvia
con la mascota
tironeando de la correa.
Se le cae el celular
en el empedrado,
se le resbala
como el tiempo verbal.
Lo levanta y
la pantalla está rota.
La caída sin preámbulo
quiebra los botones
y se llena de agua.
Suena el teléfono,
que chorrea
agua sucia.
Un mensaje de texto.
Es una invitación.
No lo puede contestar,
como siempre.
No es casual
que venga de
él un engaño.
Quizá necesite
otro vistazo.