lunes, 6 de octubre de 2014

Callate, Ombligo

Hablé fuerte. Me lo dijo Ignacio cuando se despertó. También me lo dijeron otros, para que no levante la perdiz. Les hablé dormido. A veces se ponían a grabarme y me pasaban las voces en rewind.
El tema es cuando estoy en soledad también debo hablar como los altos. Las persianas vecinas a la noche se bajaron siempre con estruendo.  Otra vez, algunos vecinos tuvieron sexo desenfrenado con los ruidos de los latigazos contra el colchón. Orgasmos de cancha.  Querían que terminase con mi mi soliloquio. Encendí la luz y me callé. Habrá quedado con eco eco la habitación.