martes, 23 de septiembre de 2014

A veces todo parece que nunca fue hace tanto

Las páginas
                   se las llevaron
a pasos de hormigas
                                 por la ciudad.
Recorrí el camino
que se estiró
dormitado,
los sonidos,
la impaciencia
a bocinazo limpio.
Se superaron
los pesos.
Pasé paisajes,
asterísticos:
letras alegóricas
que cantaban
la extrañación
ante, ante
lo impaciente.
Los tapones
se escondieron
en la butaca.
Los pedidos.
Esquemas típicos.
Una uña
que rasgó
otra uña.
Volvió ese chasquido
que silenció a su vecina.
Las llamadas
que perdí
en el ascensor
se duplicaron
en un registro
de un auto
que jamás manejé.
Los suplementos
se pasaron de largo.
Los caminos
se volvieron,
cada vez más,
paralelos.
Algunos creen
lo cercano.
Esa frase
quise subrayarla
y el libro se encargó
de repetirme todas
esas nubes sin semillas,
cada una de ellas,
que se escaparon
del fotograma
a la madrugada.
Un todo hoy
para luchar
que ya no
vuelo.