viernes, 18 de julio de 2014

Capullo

Cuando te das
cuenta
que no sos del palo
todo se vuelve
tarde.
Busco mis reemplazos
y no encuentro
situación verosímil.
Los dominios,
truncos.
Formas de concebir
la vida
se empiezan
a cuestionar.
Lo que antes
nos irritaba
ahora esperamos
con ansias.
La baba
del hambre
cuando
cayó el plato.
Lo borrado
quedó marcado.
A veces
por los destinos,
elecciones propias,
un tercero.
Quién sabe.
Cuántos llantos
sanarán diferencias.
No son mis lágrimas.
Son de lo atroz.
La alquimia me
secó los ojos.
Como los gritos
en mi cabeza,
los forcejeos
que tratan  de salir
entre los escombros.
Dificil olvidar lo aprendido.
La pregunta
inesperada
me titubea.
Se me cae mi planeador,
perdido entre los climas.
Migrano en la lengua.
Aún siendo
el afortunado
sé que
no puedo dejarme
ya tan solo
ni rodeado de un todo.