jueves, 19 de junio de 2014

Imaginarte una vida

Algo que me pasaba cuando empecé a estudiar, como una especie de hipótesis idiota, era que me pusiese en el lugar donde pasaba la atención a la hora de comer. Mientras todos nos tragábamos los libros, los debes, haberes, dichas, injusticias, silencios, discusiones, rezos. Los deseos que se cruzan en un lugar. Distintas cosas que sucedían en el tiempo de un día y teníamos ganas de contarlo. Pasaban ahí. En un mueble.
Hoy el deseo se cumplió, aunque no esté ahí como estaba. Hubo un par de preguntas. Un par de respuestas. Habían dos que se discutían un lugar de la verdad. Un escape fugaz. Quizá fue mio. Dejó de ser el mito. No habían mensajes subliminales. O sí pasaron, por un momento, todos esos deseos de cambiar de canal se disiparon. Por un momento.
(No hay tercer párrafo)