lunes, 11 de noviembre de 2013

Cuando se agota

Todo se vuelve insalvable, cuando se caen los muros se sabe todo, ya. Los pebetes, mi mano derecha que se alza por las mañanas y los hilos de oro de un misógino. Las noches con botellita que se lanzan desde alguna parada. ¿Cómo no voy a preferir chuparme una pija?