martes, 30 de julio de 2013

Cola de paja


El "Bloody Mary" a cada minuto, a punto de hablar, tiraba todo lo que tenía a su paso y se iba: Nadie entendía nada. Miedo creó, inmutable. Lo hizo varias veces, tiraba unas reposeras o atriles. esas cosas medias inexplicables que tiene formas parecidas en otras dimensiones. Se volvió a ir, otra vez por un pasillo que subía a una puerta de salida del backstage del anfiteatro. No aguanté.

Desperté con la cama inundada y me fui al baño para fumar, con el viento fresco de las 3 de la mañana por la ventana del baño. Me sequé mis restos del reality show en la espalda. Me metí en la cama húmeda en un salto para esquivarme el frío del piso, y ventilé para secar un poco la cama meada de sudor.

Me levanté con la sensación de la mano que se le cortó la circulación. Hormigueos. Aunque, creo que esto ya pasó, ya se lo vió en otro lado en blanco y negro. De gira. Tocaba BB King y parece que el de la banda invitada el cantante tenía bronca. Era Bono, el mesías, pateando una puerta. Porque no tenía su bebida fresca en su heladera portátil o sino alguien le ofreció caramelos para la garganta con antibióticos. Nunca se sabe de dónde viene el snapshot.

Son esas cosas que solamente se lo bancás a los roqueros, a los loquitos y cuando aparece en casa, ya estamos con la tarjeta amarilla o con los cuadernos de Quejas del "sordina" en el sillón.  Hace minutos me puse los TV on the Radio, entre tanta paranoia. Igual la sensación queda impresa, a pesar de la ducha, el café con leche, la corrida al trabajo y los que se te cagan de risa en la cara cuando llegás tarde con cara de nada. ¿Por qué será, no? Esto nos pasa a los cola de paja, los que no pueden pedir el control remoto para hacer zapping después de las 20hs. Los mismos de siempre. Los mismos que se van a dormir sin que los manden. Los que se prendieron fuego sin trayecto en el cielo.